lunes, 13 de abril de 2009

PROYECTOS

            Hablemos de nuestros proyectos desde que éramos niños, cuantos sueños no realizados que jamás se cumplieron y seguimos soñando para llegar a una madurez incierta no cumpliéndose esos proyectos que tanto nos aferramos a ellos.

             Cuantos proyectos se quedaron a las puertas de mi corta edad, debido a una enfermedad que me limito y me hizo pensar muy distinto a como cuando estaba sano, mis proyectos desde que nací, creo que era como mucho de los niños con nueve años fueron muy variados, desde bombero hasta policía, pero el que más me hacia soñar era poder jugar en un equipo grande de fútbol. Un día y debido a unas anginas, borro todos mis proyectos y aquí empezó mi peligrinar como una cobaya por los diferentes hospitales del estado.

             Dicen en muchos hospitales de niños que la edad valora al paciente. Porque según ellos un niño de 11 años sufre menos que un paciente más mayor. Esto, como muchas cosas, no deja de ser una contradicción, puesto que a mi corta edad me daba cuenta de cada una de las pruebas y en el lugar que estaba. Hospital San Joan de Deu en la unidad de oncología, bueno este fue uno de los muchos hospitales por los que pase.

             Cuantos proyectos no cumplidos. Fui testigo que, como yo, no enmarcaron las fotos en nuestra habitación con el equipaje de nuestros colores del alma.

             Uno de mis mejores amigos se llamaba David y tenia 8 años, me decía que quería ser ciclista. Un día lo vi correr la carrera de su vida, como un buen deportista se aferraba a su bicicleta en esa última etapa de montaña que llevaría directamente a dios. Espero que ya este en la meta y dios le de el mejor regalo, su abrazo.

             Para mi corta edad me daba cuenta de todo lo que pasaba en mi entorno, me daba cuenta que nosotros nos enfrentamos a la enfermedad con más fuerzas que los adultos, que no podían controlar sus lágrimas y disimular sus caras compungidas.

             El tiempo que permanecí en el hospital fue muy duro, pero seria injusto que no hablase, dentro de mis miedos y soledad, de tres personas muy importantes para mi vida. Primero fue mi madre, mujer joven y valiente como nadie, cumpliendo como una heroína lo que me prometió, viajar conmigo el día que yo partiera. Mi amigo Juan y su familia que fueron unas piezas claves para nuestra estancia indefinida en esta ciudad. Nos ofreció su casa y su tiempo sin ningún interés. Gracias amigo Juan y familia. En tercer lugar conocí a un matrimonio muy humano que nos abrió las puertas de su casa y me dieron la energía que fue más fuerte que la quimio que me daban.

             El último día fueron muy importantes par mí, porque ese día tenia que abandonar el hospital para regresar a mi casa. Me sentía como el guerrero que había perdido las mil y una batalla, me sentía nuevamente defraudado por los hombres de la ciencia del s. XXI de que no fueran capaces, después de tantos avances, evitar que unos niños se fueran de sus manos.

             Y allí estaban mis amigos, me traían un balón del Real Madrid firmado por los jugadores, fue un regalo que me lleno de alegría, pero lo que más me emocionó fue la fuerza que este hombre me dio cuando me habló sin voz, me habló en un idioma que jamás entenderéis, un idioma de espíritu a espíritu, de corazón a corazón. No podéis entenderlo porque cuando me habló comprendí que había venido a darme fuerza y a quitarme el miedo, a prepararme para el viaje que pronto haría al lugar de donde vine.

             La fe es muy importante en estos últimos momentos, mis creencias se la debo en parte a mi familia pero la gran promotora fue mi madre a la cual no solo le debo la vida sino todo, incluso darme la fuerza y el convencimiento de que más allá de las nubes y las montañas me volvería a encontrar con todos mis pequeños amiguitos que conocí en la tierra. A través de la terrible enfermedad me prometió y me juró que algún día jugaríamos un partido con el balón que me regalo el amigo. Aquel que nunca comprenderéis en la tierra hasta que no os encontré en la fase terminal de nuestras vidas.

             Cuando visitéis a un amiguito pequeño o grande y por circunstancias, sana o muere, dejáis o no de ir al hospital, pensad que quedan muchos más ingresado que a diferencia de mí, no tienen a nadie, ni familia, ni amigos que les confeccionen y preparen las alas para que vuelen hacia dios.

             No tenéis que sufrir por los niños que dejamos la tierra pensad siempre que cuando dios cuenta a sus ángeles y le falta alguno nos llama a nosotros. Gracias amigo, quiero dejar tu nombre en el anonimato pero mi madre y yo te mandamos desde aquí un fuerte abrazo para los dos.

 

QUE BIEN NOS HACES

                Cuando llega el Viernes y nos da la fuerza y salud para reunirme con mis amigos, para cogernos de las manos y en tu nombre, pidamos por el mundo que cada vez te necesita más.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Hacernos sentir útiles para tu obra y creer en nosotros mismos para que nuestra confianza vuelva a nosotros para que poco a poco subamos esa escalera que nos lleva, peldaño a peldaño, hacia ti, donde tú nos esperas para darnos la fruta dulce. 

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Pensar que en cada momento tú estas con nosotros y aunque como seres humanos te pedimos cosas que tu sobradamente ya lo sabes, nos deja para que nos demos cuenta que las cosas o los obstáculos son creados por nosotros mismos, nos deja muchas veces para que pensemos que después de la oración esta la lucha, sin ella seria imposible llegar a los milagros. Es como el labrado que trabaja su tierra y se queda mirando su obra y no siembra las semillas, jamás recogerá los frutos.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             De darnos la oportunidad de escoger los caminos que tú nos indicaste y que jamás cambiaremos por muy difíciles que se nos hagan. Que lo caminos que cojamos tengamos lo ojos muy abiertos para no defraudarte, aunque muchas veces somos peores que el ciego sin lazarillo, que perdemos el valor del camino pensando que somos autosuficientes y que nadie nos puede guiar, por estas y muchas razones parte de la humanidad viven inmersos en las arenas movedizas de la vida.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Cuando a lo largo de nuestras vidas nos dejas de que nosotros decidamos donde esta el bien o el mal, aunque muchas veces estemos equivocados, viendo que tú luz nos alumbra los caminos, sigamos prefiriendo la oscuridad. Aunque al final estará como siempre, como ese padre bondadoso y paciente ayudándonos a volver par que con lo que hemos aprendido cojamos las mejores sendas y te sientas orgulloso de tus hijos en la tierra.

 “QUE BIEN NOS HACES” 

             Cuando nos diste una mente para pensar, un corazón para amar, unas manos para dar, unos brazos para abrazar y unas piernas fuertes para ir hacia ti y a todos los enfermos que nos necesiten. Pero que poco uso le estamos dando, nos estamos acomodando dejando que tú, maestro y los demás hagan nuestra labor sin preocuparnos lo más mínimo la faltas que hacemos en este mundo donde cada vez hay mas gritos de soldad y desespero. Nos diste todo pero a muchos o a la mitad de la humanidad le falta la inteligencia, no para se más listos sino más bien para que te comprendan.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Cuando la humanidad, inconscientemente, queremos pedirte todo porque creemos que no los merecemos pero con tu bendita bondad nos enseñas como al niño pequeño que no para de pedir aún sabiendo que sus padres no pueden y al final se conforma. La humanidad te pedía la fuerza para triunfar tú nos hiciste débiles para que aprendamos el gusto de las cosas pequeñas, porque tu grandeza esta en la brizna caída o de la flor más pequeña y como la humanidad vamos dando saltos o por las copas de los árboles, nos perdemos estas bellezas. La humanidad te pedíamos salud para hacer grandes cosas. Tú nos distes la enfermedad para que hagamos cosas mejores, porque si jamás padecemos nunca comprenderemos a los enfermos y a los tristes. La humanidad, te pedimos las riquezas para ser feliz. Tu nos diste la pobreza para que seamos sensatos.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Cuando la humanidad te pedíamos el poder para que los más débiles fueran a los fuertes. Tú nos distes la flaqueza para que sintiéramos la necesidad de Dios.

 “QUE BIEN NOS HACES”

             Cuando la humanidad te pedimos amigos para no vivir solos y tú nos distes un corazón capaz de querernos todos como hermanos.

“QUE BIEN NOS HACES”

             Cuando la humanidad te pedimos todo para gozar de la vida y  tu nos diste la vida para gozar de ella.

 “QUE BIEN NOS HACES”

            Dándonos la inteligencia a la humanidad para que pensemos de una vez por todas que tú no nos da lo que te pedimos nos otorgas lo que necesitamos.

 QUE BIEN NOS HACES.

LOS CONOCIMIENTOS

            Para conocernos mejor tenemos que mirar hacia nuestro interior con espíritu de análisis buscando la verdad y procurando la corrección de hábitos y gustos, que nos hace huir de nuestros objetivos.

             Después de iniciar la corrección de estas pequeñas, pero importante, debilidades estaremos en condiciones de obtener ciertos conocimientos que aparentemente constituyen un privilegio de algunos, pero puede estar al alcance de todos.

             La tendencia mas generalizada ante un problema interior, es ignorarlo, en vez de aceptarlo, vivirlo y solucionarlo. Huimos de la realidad creando una situación depresiva y de tristeza.

             Situaciones como estas las almacenamos en nuestro interior y para no ver nuestra verdadera personalidad nos ponemos un disfraz que solo nos engañamos a nosotros mismos y seguimos acumulando energías negativas en nuestro interior. Esto nos produce enfermedades y lo que es peor una falta de seguridad en nosotros mismos pero como el principio de evolución es eterno llega el momento en que el espíritu siente la agobiante necesidad de reciclarse, es entonces cuando tiene que liberarse de todas las energías negativas que durante siglos han ido acumulando y por su propia voluntad o por el cumplimiento de la inexorable ley de causa y efecto, siempre por su bien empieza su limpieza espiritual.

             Cuando consigamos mirar dentro de nuestro interior sin ningún prejuicio permitiendo que sea liberado todo lo que esta preso en él, nos daremos perfectamente cuenta de que la causa de todos nuestros sufrimientos es creación nuestra. No podemos esconder a nadie el contenido de nuestro pensamiento porque con nuestros actos los revelamos, descubriendo nuestros secretos. Tenemos que controlar nuestras inclinaciones y en el momento que negamos una tendencia inferior en vez de eliminarla, estamos alimentándola y con esto estamos nosotros mismo haciéndonos más daño del que nos pudiese hacer nuestro peor enemigo. Recordar  siempre que solo es vencedor aquel que se vence a sí mismo.