“Tuve la fuerza suficiente para recopilar los momentos de amor con mi mujer y todos los recuerdos de mi niñez y juventud es lo que me hace seguir adelante con esta fuerte enfermedad...”
Dedico este escrito a todos los emigrantes porque un día también lo fui yo.Así lo vi. Así me lo contó: Era una de esas tardes donde las sombras se esperan con impaciencia después de un día muy caluroso, lo vi, en la ventana de su casa de planta baja, enrejada por supuesto, por tanta inseguridad que hoy reina, no solamente en las grandes ciudades sino también en los pequeños pueblos; cuando me lo presentaron contaba con unos setenta años más o menos. Me fijé en su cuerpo hoy desgastados pero que en sus años mozos tenía que haber poseído unos buenos músculos aunque ahora con su camiseta de tirantes dejaba ver unos músculos flácidos.. Quisiera ponerle un nombre pero sin cuerpo ni cara, un hombre sacado de mi imaginación, me dijo llamarse Juan pero desde hacía mucho tiempo y en honor a su abuelo le llamaban Tato, me dijo que era de Ceuta y fue como si una luz se le encendiera en sus ojos acompañada de unas atrevidas lágrimas.Yo le comenté que no era de Ceuta pero desde que me casé con una caballa y mas en la Iglesia de África, desde entonces tengo dos amores uno esta mujer que después de casi cuarenta años sigue siendo mi novia y la otra esta ciudad que ella me enseñó a amar y que nunca me hizo sentirme como un extraño.Le dije a Juan en tono de broma para romper esa tristeza que le embargaba que mi mujer amaba tanto a su Ceuta que al andar no levantaba mucho los pies para no romper las raíces que la unían a ella, este comentario arrancó una leve sonrisa en su rostro y así fue como me lo contó:“Nací en Ceuta me crié en la Almadraba, mi infancia con muchas faltas, como todas la gente de ese tiempo, pero a pesar de estas y otras dificultades fui muy feliz con mis cuatro hermanos, actualmente somos dos, mi hermana Carmen y yo, recuerdo con lágrimas en los ojos cuando corríamos por la playa y otras veces pescábamos en el puerto, recorríamos de punta a punta el zoco que más de una vez éramos corrido por algún vendedor después de cogerle algunas manzanas prestadas.Teníamos muchos amigos no sólo cristianos también musulmanes, indios y hebreos.Pero la vida no es como nosotros queremos que sea y así mis ilusiones de vivir y morir en Ceuta se fueron cada vez alejando para dar paso a una realidad ¡qué difícil es soñar despierto, pero más difícil es que se cumplan tus sueños!Y así un 14 de febrero y con la edad de veintitrés años con la obligación a la patria terminada, me subí a ese barco que me alejaría para siempre de mi Ceuta para llegar a una ciudad con mucho trabajo, aunque muy fría en su acogida. Trabajaba en diferentes fábricas, en la última conocí a una gran mujer nacida en Zamora no me dio hijos, pero no me importó porque ese hueco lo llenaría con su amor, pero como la felicidad nunca es completa el destino me enseñó la cara más amarga después de veinticinco años juntos. Dios la llamó a su lado.Hoy que sé que nunca volverá a mi Ceuta querida por esta maldita enfermedad que me ha anclado aquí.Tuve la fuerza suficiente para recopilar los momentos de amor con mi mujer y todos los recuerdos de mi niñez y juventud es lo que me hace seguir adelante con esta fuerte enfermedad y no menos fuerte esas terapias que están destruyendo mi cuerpo y las ganas de vivir. Sé que no volveré a sentir ese viento de poniente que te da en la cara como si fueran mil besos dado por esa madre cuando volvía del colegio, sentir el levante cuando con su firmeza arrancaba del mar ese olor de libertad, pasear por la Iglesia de África y pedirle timidamente a la Virgen salud para toda mi familia, trabajo para todos y bienestar para mi pueblo. Quiero pedirle a mi amigo caballa, aunque sea de adopción, dos favores, el primero que cuando esté delante del cristo de Medinaceli le pidas por todos los enfermos sean caballas o no, a mí para que o me olvide y me de fuerzas para no defraudarlo, el segundo que le diga a toda la juventud caballa que si no es preciso que jamás abandone a nuestra Ceuta porque nunca podrán imaginarse cuando se echa de menos cuando se está lejos. Desde aquí yo le pediría paz, trabajo, prosperidad y que sea valorada mas allá de cualquier frontera y por último pedirte Virgencita de África que algún día me haga volar con la libertad que vuelan las gaviotas al cielo de mi Ceuta.
lunes, 26 de marzo de 2007
lunes, 5 de marzo de 2007
MENSAJES AL VIENTO II
Pasaron los años y aunque los recuerdos estaban latentes en muchos ancianos del lugar, los comentarios actuales estaban dirigidos a un joven, por su aspecto físico y por su inteligencia. Se hablaba que siendo muy joven y a diferencia de su padre y su bisabuelo no mando ningún mensaje, se decía que inducido por su madre partió del pueblo para recorrer mundo, aprendiendo las diferentes técnicas de comunicación de aquel tiempo. Se preocupo y mucho de hacer que el pueblo fuera prospero con el viejo molino familiar y otros que se levantaron dando al pueblo una imagen de prosperidad. La comunicación era tan precisa que pronto se incremento también la flota de barcos. Fue tal este incremento que se tuvo que agrandar el puerto bajo la dirección de Tomas.
No todo era alegría, pues a mas personas; mas ruido, mas exigencias y mas conflictos. El mas importante por su envergadura era el de mejorar la red de carreteras, puesto que nadie de los anteriores alcaldes se preocuparon de arreglar. Es más, el último mandatario después de engañar al pueblo y empleando una política abusiva hizo que cada ciudadano diera buena parte de sus ahorros, esas ganancias que tanto les había costado después de muchos años de sacrificios. Con sus buenas palabras hizo creer que eran para mejorar el sistema de aguas, carreteras y alumbrados y al poco tiempo desaparecieron el y su familia compuesta por su mujer, cuatro hijos y una suegra que alardeaba de ser muy cristiana, se decía que no había un solo día que no fuera a misa, no le importaba que hubiera sol o esos días que tanto se temía con los temporales donde el viento huracanado era dueño y señor del pueblo.
Tomas se dio cuenta que tenia por delante una difícil tarea, primero de convencer a las autoridades vigentes y segundo al pueblo, que con mucha razón estaba pasible y receloso. Comentaba con su buen amigo Julio, compañero de estudios y ferviente creyente de los sueños de Tomas, el estado lamentable de los libros y arcas del ayuntamiento, reflexionando sobre este tema sintió pena y desespero ya que hacia mucho tiempo que no entraba ni una moneda, mas bien se las llevaban. Pero cuando creemos que no hay solución para tantos y tantos problemas se enciende una luz en el camino, esta luz tiene cara y un nombre Isabelita, joven apuesta enérgica e inteligente. Desde el primer momento de su llegada siguió todos los pasos de Tomas se identificaron tanto que creían que eran almas gemelas. Un día lo vio pasar y poniéndose delante de el, le dijo:
- Aquí me tienes, se que tu, al igual que yo, lo único que queremos es el bienestar para esta tierra y de nuestro pueblo.
Tomas al principio no se percataba del mensaje que Isabelita le quería transmitir, ya que todo lo que tenia de inteligente lo tenia de distraído. Al pensar en sus palabras, reparo en ella, y quedo sorprendido, no solo por sus palabras sino por la belleza y porte de Isabelita. Estuvieron conversando horas y horas, al igual que Tomas, Isabelita tenia también grandes proyectos e ilusiones que coincidían en buen grado, pero su inquietud iba dirigida a Tomas y mas concretamente por la historia de donde venia su nombre, ya que desde que era una niña oía historias de un hombre llamado Tomas, pescador de profesión y con un gran corazón, ayudaba a todos los pobres, a los niños mas necesitados y se identificaba con los vagabundos, pero lo que mas se le quedo grabado fue la historia de que una noche de fuerte viento y estando pescando, su barco naufrago, y aun siendo un excelente nadador, empleo esos conocimientos para salvar a sus compañeros dando la vida por ellos. Entre ellos se encontraba el abuelo de Isabelita que no paraba de contar la historia una y otra vez hasta que un buen día dejo la tierra con el nombre de Tomas en sus labios.
- Por esta razón al sentir el nombre de Tomás mi mente se ha llenado de innumerables recuerdos, le dijo Isabelita.
Tomas se quedo un poco sorprendido por la historia que contaba aquella joven, lo que mas admiraba de ella eran sus ojos llenos de lágrimas y pensó: “esta viviendo en primera persona la historia de su abuelo”. No quiso decirle que ese Tomas era su abuelo, lo dejaría para otro momento, ya que como siempre cuando estamos a gusto y con personas buenas el tiempo parece no tener freno, como si fuera cuesta abajo.
Al ser ya bastante entrado el medio día decidieron ir a comer a una vieja taberna del puerto, llegaron a un establecimiento pequeño pero muy limpio, la dueña era una mujer mayor con mucha vitalidad, se decía que el negocio era familiar pasado de generación en generación. Maria que así era como se llamaba, estaba muy preocupada porque tenia descendencia pero no tenia claro que su hijo quisiera hacerse cargo del negocio ya que quería seguir los pasos de su padre marinero y no quería que el negocio de su familia fuera a manos extrañas y así romper la tradición de muchos años. Aunque Maria no se caso, cuentan las malas lenguas que se enamoro de un marinero extranjero que le prometió mil y una cosas dejándola embarazada y desapareciendo de su vida de la noche a la mañana, esta es la causa de que su hijo sea tan diferente al resto de los habitantes del pueblo, ya que una de las características es el moreno de sus cabellos y de su piel, siendo ella de cabellos rubios y piel blanca. Pero las habladurías le importaban muy poco a esa mujer bondadosa, porque consiguió lo que ella mas quería; un hijo al que querer y dejar el negocio en sus manos.
Tomas e Isabelita se sentaron en una mesa apartada pero con mucha luz, ya que estaba situada cerca de un ventanal donde se veía un bello paisaje lleno de colores, el verde de las montañas y el azul del mar. Pidieron de comer, dejando que Maria les aconsejara, ya que estaba considerada como la mejor cocinera del puerto (consiguió en mas de una ocasión varios premios en las fiesta mayores, donde se reunían cocineros de toda la comarca para competir), ella enseñaba los trofeos con orgullo, dejando claro que le falta el del año que no participó porque fue cuando dio a luz a su hijo.
Estando disfrutando de los mejores manjares, con su elaboración secreta de especies selectas pasadas de sus antecesores, se les acerco un vagabundo con ropa muy raída pero limpia, que no dejaba de mirar a Tomas, este al darse cuenta metió la mano en el bolsillo y le ofreció unas monedas, el buen hombre al percatarse de la acción de Tomas, dio un paso atrás casi enfadado diciéndole:
-Yo no quiero dinero, todo lo que necesito me lo dio tu abuelo, lo más grande: su vida por la mía en aquella fatídica noche que el mar furioso nos estaba esperando.
Maria al darse cuenta de la escena que estaba presenciando no podía permitir que molestara a los jóvenes, aunque le daba pena decirle que se marchara, ya que en el tiempo que hacia que lo conocía jamás se había metido con nadie, como tampoco sabia nadie el secreto de su vida. Tomas tranquilizo a Maria, le dijo que trajera un cubierto mas, no tuvo que pedirle permiso a Isabelita, ya que estaba perpleja y los ojos como platos, no se podía imaginar que estuviera sentada con un familiar de la persona que salvo a su padre de morir en el mar.
Nuestro amigo Juan se sentó en la mesa y relato no solamente la historia que Isabelita había contado hace unas horas sino muchas relacionadas con ese buen hombre llamado Tomas. Cuando Juan llego al final de su relato dijo: - Ese era tu abuelo dirigiéndose a Tomas y dos lágrimas atrevidas salieron de los ojos del joven. Juan, antes de levantarse y dar las gracias a los dos, les dijo que siguieran con sus ideas e ilusiones para conseguir una mejora del pueblo, pero que no olvidaran una de las promesas de sus padres que era construir un hogar para viejos marinos.
Aunque Tomas no tenia alma marinera, le comento a Juan que le aconsejara en la compra de una barca, así en sus ratos libres poder navegar por esa mar en el que tanto habían navegado y pescado su abuelo y bisabuelo. Así quedaron antes de despedirse Juan alias el vagabundo como era conocido en todo el pueblo. Consulto a Isabelita que nombre ponerle y después de un sin fin nombres se decidió por el de “Esperanza del mar”, en honor a su madre y a su bisabuela.
Tomas e Isabelita siguieron conversando de muchas cosas , el le contó toda la historia de su familia, sus recuerdos, su niñez y como a medida que iba creciendo se prometió varias cosas una tarde en la calita con una puesta se sol increíble, primero; que jamás dejaría que nadie la estropeara y que se conservaría tal y como esta, ya que durante muchos años fue el orgullo de mi padre, y segundo hacer de este pueblo desconocido un pueblo prospero. Otra de las cosas de la que me siento orgulloso, es de la ayuda que recibí de mi madre, para viajar por medio mundo aprendiendo las mas modernas formas de comunicación terrestres y marítimas. Isabelita lo escuchaba muy atento ya que todo lo que decía Tomas le resultaba muy interesante.
- Y cual es tu historia? Le pregunto Tomas.
-Me crié con muchos hermanos yo era la pequeña y recuerdo que era muy tímida, y ya ves que sigo siéndolo. Fui creciendo y un buen día conocí a un viejo pescador, nos hicimos amigos, al principio no quería su amistad pero con el paso de los días fui cogiendo confianza, fue un referente en mi vida, sentía que dentro de mi se estaba produciendo un gran cambio, aunque yo era la misma tenia la necesidad de ayudar a los demás. Recuerdo muchas cosas buenas de el, lo que mas me gustaba era su sinceridad, humildad y sencillez. Sus palabras llenas de cariño fueron llenando mi corazón, fue para mi lo mas grande que me había sucedido y me prometí que nunca olvidaría a ese viejo pescador, que aunque jamás me dijo su nombre.
Me decía constantemente que se sentía muy solo, este donde este espero que con mi pensamiento le sirva par que este menos solo.
Después de darle las gracias a Maria por su amabilidad y su comida, se marcharon ya que después de horas de charla la luz dio paso a la oscuridad dejando atrás ese maravilloso día que habían pasado juntos los dos.
Después de acompañar a Isabelita, Tomas se dirigió hacia su casa valorando todo lo acontecido durante el día y en su reflexión lo que resaltaba eran las palabras de Isabelita, considerándola una mujer muy inteligente, completa, humilde y con mucho empuje. Basando su vida en la ayuda a los demás, esto último fue lo que mas agrado a Tomas, ya que los dos tenían las mismas ideas.
Pasaba el tiempo, y el sueño de los jóvenes dio paso a la realidad, no podían imaginar los problemas que iban a traerles las mejoras del pueblo, empezando por las rivalidades de los constructores. Pero como bien se dice que la unión hace la fuerza, eso fue lo que hicieron los dos jóvenes, formar un buen equipo encabezado por ellos, su amigo Julio y varios jóvenes del pueblo que creyeron en ellos desde el primer momento, ya ellos fueron casa por casa pidiendo los votos para que Tomas e Isabelita llegaran a ser los máximos mandatarios del pueblo, siendo una gran familia bien avenida.
En una de sus reuniones donde se discutía los proyectos y el día a día del pueblo se acordó por unanimidad construir “la casa del pescador”, se barajaron varios lugares para ubicarla pero todos coincidieron finalmente en el lugar que dijo Tomas; muy cerca del pequeño restaurante de Maria, cuando se lo comunicaron a esta, daba saltos de alegría, pero si había un ser mas feliz en todo el universo ese era Juan y mas cuando Tomas le comunico que el seria el que cuidaría del local social.
El segundo proyecto del día era la iglesia, aunque en el pueblo no todos eran católicos se respetaban unos a otros, tanto era así que cuando se hizo la colecta para la imagen de la patrona de los pescadores todos los del pueblo participaron y se comenta que muchos de ellos no creyentes cuando pasaban por delante de la imagen camino al puerto se les veía de presionarse, pues bien, se acordó restaurar la iglesia y al mismo tiempo las escuelas. Todos estaban contentos por que las cosas marchaban muy bien, pero siempre hay algo que obstaculiza el camino, en este caso eran unos terrenos que se habían destinado para hacer viviendas modestas y asequibles para todos los jóvenes, estos terrenos estaban abandonados desde havia mucho tiempo sin que nadie los reclamara, pero cuando se puso el bando por las calles salto la sorpresa; el ser mas despreciable y con mas dinero saco unos documentos alegando que esos terrenos eran de el. A pesar del obstáculo los jóvenes no se desanimaron, aunque picaron en su puerta varias veces sin que los recibieran, un día Tomas se armo de valor y se dirigió al Sr.Pedro, así era como se llamaba, sin darle importancia al apodo que se había ganado a pulso por su forma de ser y por que jamás hablaba con nadie, ni siquiera con los niños, por esta y otras muchas causas fue que le pusieron “Pedro el amargado”. Al darle la mano Tomas, Pedro se le quedo mirando como si quisiera atravesarlo pero al ver al joven que ni se movía, pensó que era muy valiente y diferente a los demás porque jamás nadie se atrevió a acercarse y menos a darle la mano. El encuentro de estos dos hombre no paso desapercibido puesto que habían muchas curiosos que presenciaban la escena y muchos de ellos se temían lo peor, porque era tanta la fama que tenia Pedro de matón que podía peligrar el estado físico de Tomas. En este caso no siempre gana el odio y la maldad en esta ocasión vencía la honestidad y la humildad, estas dos armas fueron las que impulsaron a Pedro tímidamente a largar su mano para encontrarse con la del joven que no movió ni un músculo de su cuerpo, cuando unieron sus manos, sin ninguna palabra firmaron algo muy importante que hoy le falta a la humanidad: la amistad sincera.
Pedro le pidió a Tomas si podía hablar con el, pero que no le interrumpiera porque era la primera vez que hablaba con alguien de la pena que arrastraba desde hacia mucho años. Tomas asintió con la cabeza y así empezó Pedro su relato:
- Hace muchos años fui marinero, usaba métodos muy diferentes de pesca a los usados aquí, esta fue una de las razones por la que hice una buena fortuna, la que me hizo volver al pueblo, me enamore de una chica que nos conocíamos desde que éramos unos niños, fuimos muy felices, tanto que decidimos tener familia y así fue como nació mi único hijo, desafortunadamente mi mujer murió en el parto dejándome solo con un niño de horas de vida, aquí empezó mi calvario, aunque tenia dinero era el ser mas desgraciado del mundo, lo único que me empujaba a seguir adelante era mi hijo y me volqué en el para que no le faltará de nada, lo protegía para que no se inclinara por el mar pero mis consejos eran inútiles, contra mas lo alejaba mas le gustaba, tanto llego a sentir por el mar que desde niño lo único que le aplacaba y le hacia feliz era jugar con la arena y soñar que era marinero, pero hay algo que los padres no podemos evitar y es el sueño de nuestros hijos, así fue creciendo con una idea fija, esa idea que tanto me quitaba el sueño que mi hijo fuera marinero. Y un día aun pensamos que nuestro hijo es pequeño nos dice que ha llegado la hora de encontrar un barco y embarcarse, ese fue uno de los días mas tristes de mi vida, me encontraba solo sin poder hablar con nadie, únicamente con la persona que mas ame que era mi mujer que sigue escuchándome en algún lugar del cielo.
Tomas escuchaba el relato de Pedro sin interrumpirlo como acordaron pero en algún momento sintió pena de ese hombre que no era tan despreciable como se decía, ya que se iba derrumbando poco a poco dejando entre ver que detrás de la muralla había un corazón dolido pero noble.
-Para que no se fuera de mi lado, continuo Pedro, le propuse que yo le daría el dinero que tuviera su propio barco, así fue como compro su propio barco poniéndole el nombre de su madre “Angeline”, se cumplió su sueño peor no el mío, seguía muy intranquilo, pero al verlo tan feliz fui asimilándolo y pasando los días esperándolo que volviera a puerto con su pesca y mas con esa felicidad que tenia en su rostro. Yo lo había acompañado en algunas ocasiones menos de las que me hubiera gustado pero esta maldita artritis me tenia anclado. Ese mismo día que cumplía veinte años, era un día muy desapacible con mucho viento y frío, mis piernas no me respondían, me negué a acompañarlo, el lo comprendió y con su sonrisa eterna me dijo adiós, yo como siempre desde el filo del puerto lo vi alejarse por última vez, no volvió jamás y lo que mas pena me dio fue que su cadáver no pude recuperarlo, se hundió con su barco arrastrando mi ilusión, mi vida y mis ganas de vivir. Me culpaba por haberle comprado el barco que lo llevo a la muerte, muchas veces me he querido ir con el pero soy muy cobarde, cada día bajo al puerto desde que se fue y mando un mensaje al viento para donde quiera que este lo oiga y que le digan lo mucho que lo echo de menos y cuanto lo quiero.
Tomas viendo que se caía lo abrazo y poco a poco fue recobrando su equilibrio y su serenidad, momento que aprovecho Tomas para decirle las técnicas que habían para poder reflotar barcos que estaban hundidos. Pedro se quedo sorprendido de lo que le estaba contado Tomas de lo que había aprendido lejos de estas tierras, comunicación y técnicas modernas referente al mar y a las embarcaciones. Tomas le dijo que haría lo indecible para recuperar los restos de su hijo y darle sepultura al lado de su madre. Pedro no dudo ni un momento en ceder todos los terrenos para la construcción de las viviendas, pero con una sola premisa; poner una plaza con un monumento y una placa con el nombre de todos los desaparecidos en el mar.
MENSAJE AL VIENTO: Es un escrito homenaje para todos los sufridos hombres que dejaron sus vidas por el noble arte de la pesca. Confío en que este escrito se abra camino hasta los que están preparados para una transformación interna tan radical y sirva de catalizador para ella.
Espero también que llegue a muchas otras personas que consideren que su contenido es digno de atención y que estén preparados para entenderlo. Tengo la seguridad que la semilla que he querido sembrar en este escrito y que al leerlo se funda con la semilla de la iluminación que cada ser humano lleva dentro y que florezca y tome vida dentro de ellos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)