No hace falta preguntarte como estas, aparte de que tu siempre nos dices que te encuentras muy bien y lo que mas te preocupa es como estamos nosotros.
Quizás desde donde te escribo, menos a ti, muchas personas se sorprenderían pero lejos de mi quiero preocupar a nadie y menos asustarlos.
Quiero en esta carta agradecerte lo mucho que haces por las personas en la tierra y mas cuando la dejamos, se ahora como eres, antes quizás no te entendíamos al estar con salud mi familia y yo. No quiero con esta carta alzarte, cosa que a ti no te gusta, pero si muchas personas que visitas supieran quien eres y como te admiran y respetan aquí, quizás andarían con menos hipocresía y tendrían mas respeto y menos envidias. Pues bien mi viejo amigo, quiero relatar lo que me ocurrió, mas bien lo que paso en mi familia; hace mucho tiempo y por razones que hoy no quiero contar aquí, ya que para mi amigo no existe la casualidad, un hijo mío enfermo muy joven, recurrimos a todo tipo de especialistas del seguro y de pago, en ambos lados no nos dieron ni esperanza ni garantías, llegamos a tal desespero e impotencia que picábamos a todas las puertas donde nos decían que había alguna esperanza, al mismo tiempo como mi mujer es muy cristiana, un poco mas que yo le pedíamos a Dios que salvara a nuestro hijo que en esos momentos contaba quince años, no fue posible, nada impidió que un 17 de marzo mi hijo viajara hacia Dios, en esos momentos deje de creer en nadie ni en nada.
Paso el tiempo que es el mejor bálsamo para cicratizar las heridas y así un día me hablaron de ti amigo y sin fe ni ganas vine a verte, como siempre fuiste muy sincero al hablarme sin tapujos de la muerte, pero no podía comprenderte porque me hablabas de ella como si no existiera, me hablaste de mi hijo, de sus gustos y debilidades, eso me hizo pensar mucho y algo que nunca olvidaré y es que me aseguraste que algún día estaríamos juntos mi hijo y yo, nuevamente la duda fue en ese momento mi aliada, pero tu me decías repetidamente que me cuidara, yo físicamente me encontraba bien pero nuevamente nos equivocamos con respecto a ti, tu veías mi alma no el físico.
De esta manera un día deje la tierra y desde aquí quiero mandaros un mensaje, creer mucho porque como dice mi amigo mas allá de las nubes hay un mundo mejor, estoy con mi hijo.
Cuando me explicabas con tanta seguridad ese mundo que desconocemos y que nunca te cansas de describirlo y mas sabiendo en la sociedad que vivimos en la cual escuchamos pero no oímos, permíteme amigo que lo explique un poco mas ya que estoy en ese mundo del que tu tanto y tanto nos hablas; quiero que os imaginéis un gran bloque de pisos en el que desde los bajos hasta el ático a medida que vamos subiendo de nivel son mas caros, aquí en las diferentes dimensiones donde nos encontramos, no es que sean mas caros, mas bien es el comportamiento de nuestros actos en la tierra los que nos hace instalarnos en un nivel u otro. Pues bien, hablando de los seres que nos encontramos aquí en esta dimensión, hay muchos conocidos vuestros porque lo que hacéis cada viernes aunque para muchos hermanos o hermanas les parezca una rutina, es una labor muy importante y como dice el hermano un día vosotros necesitareis de esta cadena de amor.
Hermano y amigo no te puedes hacer una idea de cuantos hermanos y hermanas tienes aquí que dicen ser tus amigos y te dan las gracias a ti y a tu compañera por la labor desinteresada que hacéis día a día.
CARTA DEL MAS ALLA PARA MI AMIGO
Quiero terminar diciéndoles a todas las personas que cuando este hermano os dice que os conoce a todos de otras dimensiones, aunque os cueste creerlo, hacerlo, porque el si sabe lo que hace y quien es.
Nosotros si que estamos en la tierra en la mas pura ignorancia.
Todos en las cadenas sois muy importantes, os deseo paz y amor. Adiós amigo
EL DE LA BARCA.
jueves, 24 de enero de 2008
APRENDER A DECIR ADIOS
Nada dura eternamente, ni lo bueno, ni lo malo y nuestra mente lo sabe. Sin embargo que difícil es que nuestro corazón lo entienda y lo acepte.
Vivimos un proceso continuo de cambios, de despedidas y de bienvenidas, dejamos atrás una parte de nuestra vida para empezar otra. Es más fácil dar la bienvenida que despedirse, tardamos unos segundos en decir hola, mientras que para decir adiós, tardamos meses, a veces años, o no lo conseguimos nunca.
Cuando la despedida no ha sido elección nuestra, todavía se nos hace más difícil. Como podemos aceptar su ausencia?, Porque se ha ido? Porque nos ha dejado? Como vamos a superarlo?. Las preguntas nos invaden.
Al principio nos cuesta creer que ya no esta, después buscamos culpables, o nos culpabilizamos a nosotros mismos de la separación, de la ausencia, y finalmente lloramos inundados por la sensación de abandono y soledad.
No es fácil decir adiós, sin embargo tenemos que despedirnos para seguir adelante, dar la bienvenida a una nueva vida sin ese alguien que tanto significa para nosotros.
A veces nos da miedo despedirnos, pensamos que si lo hacemos nos desprendemos de la persona que ya no esta, nos quedamos solos, pero no es necesario decir adiós a esa persona si no quieres. Di adiós a su ausencia, cruza el puente, llora hasta que puedas reír, date tiempo. Trata de separar lo perdido de ti mismo, no es lo mismo pensar que se ha ido, que pensar que te ha dejado, no te juzgues, se amable y comprensivo contigo, no tengas prisa, cuídate.
Haz actividades que te consuelen, acepta la ayuda de los demás, busca personas con las que puedas hablar que te comprendan, trata de enfocarte en lo bueno de vuestra relación y agradecerlo.
Confía el dolor, se apaciguará, permite que vaya menguando para que aparezca lo nuevo.
Recordar que no podemos decir hola si antes no hemos dicho adiós
Vivimos un proceso continuo de cambios, de despedidas y de bienvenidas, dejamos atrás una parte de nuestra vida para empezar otra. Es más fácil dar la bienvenida que despedirse, tardamos unos segundos en decir hola, mientras que para decir adiós, tardamos meses, a veces años, o no lo conseguimos nunca.
Cuando la despedida no ha sido elección nuestra, todavía se nos hace más difícil. Como podemos aceptar su ausencia?, Porque se ha ido? Porque nos ha dejado? Como vamos a superarlo?. Las preguntas nos invaden.
Al principio nos cuesta creer que ya no esta, después buscamos culpables, o nos culpabilizamos a nosotros mismos de la separación, de la ausencia, y finalmente lloramos inundados por la sensación de abandono y soledad.
No es fácil decir adiós, sin embargo tenemos que despedirnos para seguir adelante, dar la bienvenida a una nueva vida sin ese alguien que tanto significa para nosotros.
A veces nos da miedo despedirnos, pensamos que si lo hacemos nos desprendemos de la persona que ya no esta, nos quedamos solos, pero no es necesario decir adiós a esa persona si no quieres. Di adiós a su ausencia, cruza el puente, llora hasta que puedas reír, date tiempo. Trata de separar lo perdido de ti mismo, no es lo mismo pensar que se ha ido, que pensar que te ha dejado, no te juzgues, se amable y comprensivo contigo, no tengas prisa, cuídate.
Haz actividades que te consuelen, acepta la ayuda de los demás, busca personas con las que puedas hablar que te comprendan, trata de enfocarte en lo bueno de vuestra relación y agradecerlo.
Confía el dolor, se apaciguará, permite que vaya menguando para que aparezca lo nuevo.
Recordar que no podemos decir hola si antes no hemos dicho adiós
Suscribirse a:
Entradas (Atom)