jueves, 24 de enero de 2008

APRENDER A DECIR ADIOS

Nada dura eternamente, ni lo bueno, ni lo malo y nuestra mente lo sabe. Sin embargo que difícil es que nuestro corazón lo entienda y lo acepte.
Vivimos un proceso continuo de cambios, de despedidas y de bienvenidas, dejamos atrás una parte de nuestra vida para empezar otra. Es más fácil dar la bienvenida que despedirse, tardamos unos segundos en decir hola, mientras que para decir adiós, tardamos meses, a veces años, o no lo conseguimos nunca.
Cuando la despedida no ha sido elección nuestra, todavía se nos hace más difícil. Como podemos aceptar su ausencia?, Porque se ha ido? Porque nos ha dejado? Como vamos a superarlo?. Las preguntas nos invaden.
Al principio nos cuesta creer que ya no esta, después buscamos culpables, o nos culpabilizamos a nosotros mismos de la separación, de la ausencia, y finalmente lloramos inundados por la sensación de abandono y soledad.
No es fácil decir adiós, sin embargo tenemos que despedirnos para seguir adelante, dar la bienvenida a una nueva vida sin ese alguien que tanto significa para nosotros.
A veces nos da miedo despedirnos, pensamos que si lo hacemos nos desprendemos de la persona que ya no esta, nos quedamos solos, pero no es necesario decir adiós a esa persona si no quieres. Di adiós a su ausencia, cruza el puente, llora hasta que puedas reír, date tiempo. Trata de separar lo perdido de ti mismo, no es lo mismo pensar que se ha ido, que pensar que te ha dejado, no te juzgues, se amable y comprensivo contigo, no tengas prisa, cuídate.
Haz actividades que te consuelen, acepta la ayuda de los demás, busca personas con las que puedas hablar que te comprendan, trata de enfocarte en lo bueno de vuestra relación y agradecerlo.
Confía el dolor, se apaciguará, permite que vaya menguando para que aparezca lo nuevo.

Recordar que no podemos decir hola si antes no hemos dicho adiós

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