Como una gran mano gigante, las sombras empujaban los últimos rayos de luz, en la pequeña aldea de moradores. Volvían a sus casas después de un día agotador, las chimeneas humeaban encima de esas lumbres que preparaban una fugaz cena antes de acostarse. Los pájaros trinaban aprovechando los últimos reflejos de luz para encontrar el árbol que les servia de cobijo para la noche. Los niños correteaban dando esas pinceladas de energía y alegría, queriendo parar el tiempo para seguir jugando.
Pero la vida no es para todos igual y menos para esta mujer y sus tres hijos pequeños. Cuando la alegría le dio paso a la tristeza, tras la muerte de su marido, dejándola en la más pura miseria. Su casa era la más humilde de la aldea pero esto no le impedía tenerla muy limpia. Fue esto lo que hizo que ganara varios premios y sobre todo la admiración de sus vecinos.
Por esta pequeña aldea corría un rumor que se remontaba a tiempos muy lejanos. Decían que en lo más profundo del espeso bosque vivía un mago, pero en honor a la verdad, nadie podría perjurar que era cierto, porque nadie lo había visto nunca. Cuando las historias se cuentan una y mil veces, terminan como verdad, pero siempre hay alguien que no piensa en los demás, esto fue lo que le paso al más pequeño de los tres hermanos, que sacando esa inquietud, entre lo ignorado y la verdad. Dicen que en la ignorancia yacen los verdaderos valientes.
Este niño no era distinto a los demás niños que habitaban en esa humilde aldea, pero es que alguien tenia que dar ese grito llamado libertad. Habló con su madre de sus inquietudes y como es natural, su madre, puso el grito en el cielo, pero al mismo tiempo veía la entereza de su hijo y reconoció que tenia mucha razón.
Así un mañana en el que aun el sol dormía se puso en marcha, sin saber realmente a donde iba o que era lo que tenia que buscar, pero llevaba una bolsa de ilusión, otra de libertad, otra de verdad y la que más pesaba era la bolsa del amor.
Su madre le explicó lo poco que sabia de los magos, que no le servia de nada, pero sabia que su madre se sentiría mejor si la escuchaba mientras explicaba sus conocimientos. Pero decidió que quería comprobarlo por si mismo.
Mientras tanto en la aldea corrió como la pólvora la idea del niño, había más risas que aprobación. Por desgracia este es el típico comportamiento que tienen muchos humanos, que cuando ven a alguien diferente a ellos, en vez de colaborar, tratan de destruirlos. Las risas y la forma de mofarse por parte de la aldea no disuadió al pequeño a llevar a cabo la misión que llevaba mucho tiempo rondando por su cabeza.
Los primeros pasos cuando nos encaminamos a lugares desconocidos, nos invaden las dudas acompañado muy de cerca el miedo. Nos hacen dudar pero la fuerza en busca de la verdad es nuestra arma que nos hace seguir hacia delante como una tropa segura de su victoria.
Cuando el joven entro en la espesura del bosque, noto como su miedo iba desapareciendo y poco a poco una confianza como la mejor aliada lo fue envolviendo como la aurora envuelve la mañana. En un claro del bosque y surgiendo de la nada, ocurrió algo que por mucho tiempo que viviera este niño no lo podrá olvidar, es lo que llamamos el baile de las estrellas. Fue tanta la luz que pensó que el sol se había desprendido del cielo.
Cuando sus ojos se fueron acostumbrando a esa haz de luz, pudo vislumbrar una silueta, sentado, con un porte de majestuosidad encima de una piedra, le envolvía un manto de estrellas al igual que su gorro de punta directo hacia arriba, como si quisiera decir que su poder venia directamente del cielo.
El mago le pregunto al niño como es que no se había sorprendido al verlo como a muchos antes le había pasado. El niño le respondió que cuando el corazón y no la mente le dicen la verdad no cabe la sorpresa, porque antes de emprender el camino le había dicho que el mago existía.
Entonces la voz del mago retumbo en todo el bosque y como la orden de un capitán todo el bosque quedo sometido a un profundo silencio. Entonces le dijo al niño: “si has venido aquí buscando magia siento decepcionarte. Le explique al mundo que no había magia que no había más mal que bien en el mundo que el que imaginamos, por codicia o por ingenuidad. A veces incluso por locura”.
El niño como siempre, muy seguro de si mismo, le contesto de inmediato. “No vine a buscar nada, solamente quería descubrir la verdad, no podía seguir creciendo con una leyenda. Si los seres humanos no buscamos la verdad, nuestras vidas serán como las marionetas, movidas por los hilos de las mentiras”.
Estas palabras tan sabias, de boca de un niño, sorprendió al mago, en parte porque su magia la empleaba hacia los niños que eran los verdaderos valientes para un mundo mejor. Pero su tristeza iba en aumento, cuando no podía impedir que los adultos manipularan a los indefensos y desprotegidos niños.
La magia llega a su mayor esplendor cuando los adultos se convierten en maestros para enseñar a los niños de hoy para llegar a convertirse en hombres del mañana, dándoles como una de tantas asignaturas, el respeto a las personas como primer acto importante y el segundo el respeto a la naturaleza donde se abren las puertas de la tolerancia, la comunicación y el amor a todos.
Hoy en día vemos todos los magos del mundo, la falta de unión de los seres humanos en la tierra, son su egoísmo, que no solo destruye a la familia, sino también están con una ciega crueldad, deteriorando el planeta, lugar que se les asigno para vivir y alimentarse. Pero su falta de conciencia al no dejar que los que se interesan y luchan por un mundo mejor, les atan las manos y silencian sus voces.
El mago continuo diciendo:
“ Se mi pequeño amigo, pero grande de corazón, que tu amor hacia todo lo que vive y tus inquietudes muchas personas no las entienden ni te comprenden, pero así se fueron formando los mundos, donde la falta de amor empujaba a muchos seres a tratar de destruir a aquellos que como tú, queréis un mundo mejor, pero la magia consiste en dar luz donde hay oscuridad y crear muchos valores de ilusión y amistad.
Los magos tenemos muchas virtudes pero destaca una por encima de todas, es conocer las almas puras como la tuya y nos dan la autoridad para entregar nuestros poderes para que ustedes los pequeños sigáis creando un mundo de ilusión y de magia.
Te hemos elegido a ti y a tus hermanos para que cumpláis una misión muy importante, pero antes tienes que tiene que llevar el mensaje de lo que es la magia, no es sacar un conejo de la chistera, como tampoco hacer desaparecer las cosas, les dirás que la magia consiste en tener ilusión cada día al levantarnos, caminar con amor y hacer un mundo menos gris y con muchos colores. Que jamás desaparezca las sonrisas de los niños, que se sientan libres y con mucho amor. Así les dirás en que consiste la magia y que cuando quieran buscarnos, simplemente tienen que llamarnos o que se busquen dentro de ellos“.
Tan pronto como terminara el mago de darle la explicación, que tenia que dar al niño, se levanto y de un árbol que como fruto daba estrellas de luz, cogió tres ramitas y se las entrego al niño. Le dijo el valor de cada una de ellas y lo que tenían que hacer él y sus hermanos.
“Esta que es un poco más larga, será para ti, tú serás el responsable de las aguas, con ella en tus manos limpiaras ríos y mares, simplemente con mandarlo directamente desde el corazón todas las aguas del mundo serán nuevamente, limpias y claras como al principio de la creación.
Esta otra será para tu hermano mayor, él será el responsable de la naturaleza. Basta que lo pida con el corazón y todo los hombre del mundo serán más amantes del medio ambiente y se lo pensaran más de una vez antes de cortar un árbol, ni destrozar la floresta. Mimaran los bosques y jamás destruirán los pulmones de la tierra que son las selvas. Y por último enseñara a los pequeños a plantar árboles para que nunca se extingan.
Y por último esta será para tu otro hermano con ella será el responsable del aire, simplemente con que lo pida con el corazón el aire, corrompido por el hombre y las manos sin escrúpulos, volverá a ser respirable.
Antes de despedirnos quiero daros un consejo a ti y a tus hermanos, aunque en la vida y en vuestros proyectos tengáis obstáculos y las inevitables risas nunca persistáis de vuestra misión en la tierra y pensar que todas las personas que venimos para hacer un mundo mejor fueron perseguidas y muchas veces aniquiladas, pero a pesar de todo esto muchos logramos como yo cumplir mi misión, la cual hoy te la entrego a ti y a tus hermanos”.
El mago se acerco al niño y dándole dos besos desapareció, lo mismo como había venido, incluso las estrellas le siguieron.
Cuando paso el factor sorpresa, como a todos los humanos, pensó que era un sueño, pero había en sus manos algo sólido que le condujo a la realidad, las tres varitas que el mago le dio. Pensó que era hora de regresar a casa.
Conforme se acercaba al pueblo, su alegría y felicidad iba en aumento, toda persona que se cruzaba con él, lo miraba lleno de sorpresa, era como si el niño estuviera iluminado por el brillo de las estrellas. Pero la sorpresa mayor aún estaba por llegar. Cuando llegó a la plaza de la aldea, al igual que su madre y sus hermanos, estaban todos los habitantes de la aldea, con los jefes tribales a la cabeza. Ya nadie se reía, ni era motivo de mofa. Fue recibido como un héroe. Fue invitado a que subiera a una especie de estrado, pero él no quería subir solo y solicito que su madres y sus hermanos subieran con él para así sentirse más protegido.
Narro todo lo que le había sucedido, desde que salió de la aldea, pero como siempre ocurre, los incrédulos quieren callar a los crédulo con sus voces y risas, pero antes que la multitud se sublevara el niño saco las tres ramitas que el mago le había dado y por arte de magia todos los crédulos e incrédulos callaron. Observaron boquiabiertos como el niños les entregaba las varitas a sus hermanos. Fue cuando el niño más seguro y con voz firme grito a los presentes, con que fin fueron entregados y la función que tendrían en beneficio de toda la humanidad.
Por desgracia los humanos necesitan pruebas, lo cual dio lugar que muchos gritaran como energúmenos, los niños ni se inmutaban, no había en ellos ni una pizca de nervios. Entonces el niño que tenia la varita del agua se fue directamente a una charca con agua pestilente y poniendo todo su corazón en ese pequeño artilugio, que su hermano le trajera, se acerco a las aguas y en un instante, para sorpresa de todos, las aguas se convirtieron en transparentes y relucientes como la plata. Los ojos de los aldeanos abiertos como tazas, no daban crédito a lo que veían.
Pero aún las sorpresas no habían acabado porque de pronto el viento empezó a soplar muy fuerte acompañado de arena que molestaba a todos los allí reunidos. Sin pensarlo el niño que le correspondió limpiar el aire, saco su varita mágica que para sorpresa de todos relucía como si mil estrellas la alumbrara y con todo su corazón la dirigió hacia el aire e inmediatamente, no solo calmo el aire sino que también se convirtió en puro y respirable. Todos, absolutamente todos, se pusieron de rodillas, y muchos de ellos disimulaban mientras se secaban sus lágrimas. Estos hombres rudos, acostumbrados a todo tipo de dificultades a luchar con fuertes tormentas, se tambaleaban con la demostración de estos niños.
Aún les faltaban por comprobar la última varita, pero ni hizo falta porque todos dejaron de dudar, viendo tales pruebas. Pero detrás de tanta alegría se les veían muy tristes porque ese año transcurriría muy seco y los campos pedían a gritos esa agua del cielo tan deseada. Había en ellos una sombra de abatimiento.
Cuando creían que lo habían visto todo y cuando empezaron a emprender la marcha, el último niño les grito a todos, volvieron la cabeza, observando al pequeño con su varita en la mano, con varias estrellas en la punta. La dirigió con todo su corazón hacia los campos, el verde supero al color amarillo, por falta de agua. Dirigió la varita hacia el cielo y el agua de la lluvia no tardo en caer, la alegría de estas personas era tal que todo a una gritaban dando las gracias y pidiendo perdón por tanto orgullo.
Desde aquí le doy las gracias a todos los seres humanos que son capaces de sacar al mago que llevan dentro y que su magia inunde al mundo entero de ilusión, amor y compresión y que crean más en esos pequeños magos llamados niños. “ Que la magia de este cuento te envuelva”.