miércoles, 25 de julio de 2007

LA FELICIDAD DE DAR

Ser generoso es una de las claves esenciales para ser feliz, vivir con bienestar y gozar de plenitud. Entregarte a los demás, dar, solidarizarte y compartir, acompañar a quienes lo necesitan y cooperar en lo que precisen, te convierten en una persona valorada y digna de amor.
Ábrete sin temor, supera el miedo a perder algo o a quedarte sin… Así encontraras que la vida adquiere un sentido más pleno. Si estas insatisfecho, aburrido o triste, sal de ese estado entregándote al prójimo. Muchas personas valoraran tu ayuda, tu sonrisa, tu compañía y esa entrega te ofrecerá mayor satisfacción.
Los demás contaran contigo y tu saldrás de ese estado de depresión y te darás cuenta del gran potencial que alberga tu ser.
La generosidad emana del que tiene un gran corazón abierto, sabio y seguro de si mismo. Es consciente de que los tesoros más valiosos como la paz, el amor, la felicidad y la amistad no disminuyen cuando se da, sino que se incrementan. Se fortalece el propio corazón y se estrechan los vínculos de afecto y amistad con los demás. Así, un ser generoso se convierte en un pilar, los demás pueden contar con el y es considerado un verdadero amigo, ya que su generosidad es desinteresada, transparente y sincera.
Cultivando y nutriendo la paz, el amor, la autenticidad, la sabiduría y la felicidad nos damos cuenta de que estos son nuestros propósitos de existencia, creando un vínculo que genera un ambiente transformador que elimina la negatividad y el pesar. De hecho, la generosidad nos protege del mal, del dolor y el rencor, ya que los sentimientos positivos que compartimos nos favorecen y no consumimos aquello que afecta, hiere y encierra nuestro corazón.

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