lunes, 11 de febrero de 2008

LA GRATITUD

He observado que al universo le gusta mucho la gratitud. Cuanto mas agradecidos somos mas bienes obtenemos. Al decir “bienes” no me refiero solo a las cosas materiales, sino a todas las personas, lugares y experiencias que hacen la vida tan maravillosa, digna de ser vivida. Ya sabes lo bien que uno se siente cuando su vida esta llena de amor, de alegría, salud y creatividad, cuando encuentra los semáforos en verde o sitio para aparcar. Así es como esta destinada a ser nuestra vida.

El universo da abundancia y generosidad y le gusta que se le de las gracias. Piensa como te sientes cuando le haces un regalo a un amigo, si lo mira y pone cara de desilusión o dice “vaya no es de mi talla” o “este color no me sienta bien” o “eso es todo” seguro que no vas a tener el menos deseo de volver a hacerle un regalo. Pero si ves que sus ojos bailan de alegría y se muestra complacido y agradecido, entonces cada vez que veas algo que sabes que le gustaría, deseas regalárselo, independientemente que lo hagas o no.

La gratitud produce mas cosas por la que estar agradecido, aumenta la abundancia. La falta de gratitud y las quejas producen poco de que regocijarse. A los quejicas siempre les parece que hay pocas cosas buenas en su vida y no disfrutan de lo que tienen.

El universo nos da lo que creemos merecer. A muchos nos educaron para fijarnos en lo que no tenemos y sentir solo las carencias. Partimos de una creencia en la escasez y luego nos preguntamos porque esta tan vacía nuestras vidas. Si pensamos que no tenemos una serie de cosas y que no seremos felices mientras no las tengamos, dejamos en suspenso la vida. Entonces lo que el universo oye es “no tengo tal o cual cosa y no soy feliz” y eso es lo que conseguimos.

Desde hace tiempo acepto todos los cumplidos diciendo “lo acepto con alegría, placer y gratitud”. Me he dado cuenta de que al universo le gusta mucho esa expresión y constantemente recibo los regalos mas maravillosos

Al despertar por la mañana, lo primero que hay que hacer antes de abrir los ojos, es dar las gracias a la cama, por las buenas noches de sueños que nos ha dado. Le agradecemos el calor y la comodidad que nos ha brindado. A partir de ese comienzo, es fácil pensar en las muchas cosas por las que nos sentimos agradecidos. Cuando salimos de la cama probablemente ya le hemos expresado nuestra gratitud por las ochenta o cien personas, lugares, cosas y experiencias de nuestra vida. Esa es una forma fabulosa de empezar el día.

Por la noche, justo antes de dormirnos, repasamos el día bendiciendo y agradeciendo cada experiencia. También nos perdonaremos si nos parece que hemos cometido algún error.

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