Esta realidad no quiero llamarla historia y menos cuento porque fue una realidad, así lo he vivido y así me lo contó. Mi mundo no es una fantasía ni pertenece a un cuento de ciencia-ficción o así lo creo yo.
Empecé muy de muy joven a ver o bien a observar las cosas que me rodeaban, lo veía diferente a los demás. Empecé un poco a conocerme, costo mucho a lo primero, pero poco a poco me di cuenta que era como los demás y con los mismos miedos, pero comprendí que en el camino espiritual había muchas cosas que hacer y así empezó mi gran búsqueda que, hoy por hoy, después de mucho tiempo sigo buscando. Encontré unos valores que quise llevarlo hacia los demás y con estos pensamientos de intentar ayudar a los demás, mi vida transcurre llena de muchas satisfacciones y alguna que otra insatisfacción.
Pero amigo creo que he empezado mi historia por el tejado. Antes de todo esto forme a mi familia, una mujer que amo y unos hijos que son mi orgullo. Formamos a los cuatro como un bloque solidó, lleno de amor, dialogo y confianza. Gracias a dios todo marcha bien.
Volviendo al camino espiritual conocí a muchos hermanos y hermanas, niños, jóvenes, adultos y ancianos, pero este camino esta lleno de confianza, estudios, viajes, conocimientos y lecturas. No podemos olvidar que antes o después nos tenemos que encontrar con alguien que nos espera, bien en el desierto, en una gran ciudad o en un pueblo pequeño y así fue como nos encontramos.
Quizás mi vida no podía alterarla porque sabia el camino, mi gran preocupación era por ellos y por ellas. Quizás este cambio que se iba a producir en sus vidas les podía desorientar y mas si no lo entendían, se preguntaban como con tantas personas en mi mundo podía elegirlos a ellos.
Son almas gemelas que se vuelven a encontrar en esta dimensión su amistad no tiene comparación, puesto que el amor es muy diferente, no hay sexualidad ni maldad. Es tanta la afinidad que puede rayar la obsesión, o enamoramiento. Esto sucede cuando se piensa como en la tierra, pero este amor esta mas allá del corazón es la corriente de Dios que nos une con su luz. Es inevitable que mucha gente no lo entienda porque piensan que la amistad de un hombre con una mujer no puede acabar bien. Siempre hablamos por nuestra experiencia o por las maldades que hay en el mundo que nos toca vivir. También quizás por su personalidad, sus complejos, piensa que nadie los puede valorar y que nadie se va a fijar en ellos por este motivo, no creen lo que le esta pasando, es como si de pronto sus vidas cambiaran, lo que antes era vivir por vivir, ahora hay mas ganas de todo, el trabajo nos agobia. En la convivencia nos resulta un poco cuesta arriba, aunque los problemas son los mismos hay una alegría que no se puede decir con palabras sino que sale del corazón.
Quiero con este escrito deciros que no tengáis que preocuparos, que aunque creáis que sois los mismos vuestra vida va cambiando poco a poco y mas si hay hermanos que se preocupan de ustedes en cada uno de los momentos de vuestras vidas. Este amor en la tierra no tiene nombre.
lunes, 11 de febrero de 2008
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