miércoles, 9 de abril de 2008

EL HOMBRE Y LA PALOMA

Salio a pasear, como cada día, desde hacia mucho tiempo, para él era sagrado. Pero como todo en la vida, no siempre tenia las mismas ganas, hay días de mas fuerza que otros. Pero este día era como si algo especial le pudiera ocurrir, es esa asombrosa intuición que tenemos los humanos.

Siempre recorría el mismo camino, pensaba en lo mismo, buscaba la lógica o explicación a este mundo que cada vez había mas materialismo y menos ganas de dialogar, para que las personas de a pie y los grandes mandatarios encuentren formulas para ayudarse unos a otros.

Los seres que nos toca vivir ahora en esta época, son tantas las preocupaciones que muchos olvidamos andar con los pies en la tierra y vamos por los tejados o por las copas de los árboles sin darle importancia a lo que hay bajo nuestros pies.

Esto fue precisamente lo que hizo no darse cuenta que en unos arbustos algo se movía. Cuando se acerco se quedo sorprendido era una paloma que no podía volar cuando la miro comprobó que tenia un ala rota, la asió con tanto mimo y amor que la paloma dejo de temblar, llenándola de confianza. Es que cuando hay que ayudar al hermano caído es como si una fuerza especial te envolvieran. Lo único que piensas es darle todas las fuerzas y energía para curarla y que siga volando por los diferentes caminos hasta que pueda cumplir su misión en la tierra.
Muchas veces cuando se ayuda o nos ayudan, sabemos que estas heridas el alma no se pueden curar con las medicinas convencionales. Pensaremos que este amigo salvo a la paloma de caer en ese túnel, que nosotros mismos construimos con materiales de la depresión, la soledad o la enfermedad. Así si pudiera pensar, la paloma pensaría que estaba mucho mejor, su gratitud era tan grande que no sabia como pagárselo. Pero lo mismo que pensaba ella también lo pensaba él, porque gracias a ese día su vida había cambiado. Ya no se sentía tan solo, tenia una razón de vivir, era tanto el cariño que le había cogido que temía día tras día que su amiga la paloma volviera a su nido. Le quedaba la esperanza que nunca se olvidarían en todos los caminos que les queden por recorrer y aunque conociera a mas palomas ella seria la única.

Para ella aunque vuele alto, vuele rasante, este donde este y aunque su nido la quieran mucho, el amor que había experimentado seria su aliento para toda la vida.

Cuando en la vida no hay motivación ni interés para seguir escribiendo los capítulos de nuestra vida hasta llegar a la vejez. Pensar siempre que todo ser humano tiene su historia muchas veces no comprendida por la cantidad de obstáculos, enfermedad o muerte que se ceban con nosotros y no entendemos que es la dura forma para que comprendamos que la vida es unas cortas vacaciones que disfrutamos aquí en la tierra y que no aprovechamos.

Volviendo a nuestro hombre, cuando en ocasiones, se encontraba con su amiga la paloma, era para él como un bello amanecer, era como si comiera mil mieles, quedando en su paladar el dulzor, quería incluso parar el tiempo para retenerla para siempre, darle ese abrazo de amistad salido del corazón y no soltarla nunca. Pero la realidad es otra, tenia que comprender que su amiga tenia que volver a su nido, pero le quedaba la alegría y la esperanza que otro día volaría hacia él.

Nunca olvidar que nadie camina por si solo, todos necesitamos unas palabras de animo, un hombre donde apoyarnos y unas manos para que nos guíen.

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