Lo que mas apreciamos en este mundo por encima de todo es la libertad. Claro que eso llevó a muchas personas a beber vinos que no le gustaron, hacer cosas que nunca tendríamos que haber hecho nunca y que no volverán a repetirse jamás. Tenemos muchas cicatrices en nuestros cuerpos y más en nuestra alma al herir a algunas personas a las cuales acabamos pidiendo perdón.
En una época en la que comprendemos que podíamos hacer cualquier cosa, excepto forzar a otras personas a seguirnos en nuestras locuras o en nuestra sed de vivir.
Muchas veces no nos arrepentimos de los momentos en los que sufrimos por que llevamos nuestras cicatrices como si fueran medallas. Sabemos que la libertad tiene un precio alto, tan alto como el precio de la esclavitud, la única diferencia es que pagamos con placer y con una sonrisa, incluso cuando es una sonrisa manchada de lagrimas.
Muchas veces nos sorprendemos de estas personas que en apariencias no sufren o así lo creemos porque las vemos siempre igual, con sus energías y sus fuerzas siempre dispuestas a compartir las penas y enfermedades de los demás, viendo que a diferencia de algunas personas no necesitan cremas ni sombras de ojos para disimular sus lagrimas y esas noches sin poder dormir buscando la mejor solución para todos.
Pensar siempre o pensemos que estas personas tienen sangre roja como cada uno de nosotros, pero vinieron a la tierra con una fuerte misión: intentar de mostrar su hombro para los enfermos abatidos, los faltos de fe y todos aquellos que les falten la fuerza. Mostrar sus manos a los que tengan miedo y aquellos que perdieron su rumbo se cojan a ellas.
Cuando llega el momento que estas personas sufren en su carnes las tristezas, las enfermedades, las penas y los alejamientos de los suyos, nadie absolutamente nadie se da cuenta, por que se tragan sus propias lagrimas y quieren seguir igual aunque sus penas sean grandes, ellos quieren pasar desapercibidos, saben que a diferencia de los demás que los vemos como gigantes o lo vemos diferentes a nosotros con mucha fuerza comprenden que son seres humanos, pero hicieron un juramento que pase lo que pase seguirán adelante en sus caminos espirituales por que somos muchos los que dependemos de ellos.
Hoy les haremos unos pensamientos de amor para que no se sientan solos y como nos dan tanto cariño démosles nosotros la fuerza para que hoy y siempre sigan adelante.
Que fuerte es para el cirujano que opera a su propia familia, que fuerte tiene que ser para estos seres que ven la tormenta venir y no pueden evitarla.
miércoles, 9 de abril de 2008
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