miércoles, 9 de abril de 2008

LA SEGUNDA HISTORIA

Si esta historia no tuviera pinceladas de realidad y si solamente se hablara de un matrimonio como tantos, no seria historia, seria una actualidad.
Pablo tiene cincuenta años y Andrea cuarenta y nueve, con dos hijos: Juan y Nicolás de quince y siete años, hasta aquí todo marcha como cualquier familia media. Pablo trabaja de mecánico y Andrea regenta una pequeña papelería heredada de sus padres y los dos niños con sus estudios. Como en muchas familias aun siendo niños de los mismos padres tienen una gran diferencia de caracteres; Juan es un chico muy despierto, sabiendo en cada momento lo que desea, con una personalidad fuerte, y esto último es lo que lo aleja de la educación y respeto a sus padres, maestros y vecinos. Por su parte Nicolás es un chico dulce, sincero, sensible amante de los sin hogar y muy religioso. Juan es muy similar a su padre mientras que Nicolás es calcado a su madre.
El conjunto de todas estas cualidades de los cuatro era el reflejo de una gran armonía, paz, amor y un hogar lleno de camaradería y una familia unida.
Pero toda historia tiene un pasado muchas veces dramático donde nos marca la personalidad, las creencias y la forma de vivir.
Empecemos por Pablo, cuando contaba cuatro años vivía con sus padres en una gran ciudad, era hijo único, disfrutaba de todos los privilegios, las comodidades y todo el amor que se tiene siendo un hijo deseado. La vida transcurría con mucha felicidad, sus padres eran muy amantes de la naturaleza, cada fin de semana iban al pueblo a ver a sus abuelos paternos, estos Vivian en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, eran labradores y ganaderos.
La vida, en muchos casos no es como nosotros quisiéramos, es como es y la tenemos que aceptar, Pablo recordaba como su abuelo y abuela lo trataban como su juguete le enseñaban todo: los establos, el huerto, etc.. pero el verdadero maestro de la naturaleza era el abuelo, sabia cada uno de los vientos, cuando venia la tormenta o las nieves, esa cualidad fue por la que le pusieron cariñosamente “el meteorólogo”. Aquel sábado como muchos otros siguiendo una vida casi de rutina, el abuelo se levanto al alba, como siempre desde tiempos inmemorables miraba al cielo, esta vez fue diferente, no le dijo nada a la abuela pero tenia una gran preocupación, no le gustaba los cambios bruscos de aire y las nubes tan negras que se levantaban detrás de las montañas. Su inquietud iba en aumento por lo que decidió no sacar el ganado y dejarlo en las cuadras, hasta los animales estaban nerviosos. Incluso los perros que al amanecer ladraban imponiendo su ley de protección, estaban callados siguiendo en silencio al abuelo.
La inquietud del abuelo y de los animales no fue infundada ya que exactamente a media mañana el sol se nublo por completo y se paso de la luz a la oscuridad mas impenetrable, parecía que el cielo se abría dando paso a una verdadera tormenta de agua y viento, los árboles se doblegaban al todo poderoso vendaval que hacia sus reverencias dando con sus copas en el suelo, era como un gran cortejo que saludan a su rey.
La preocupación del abuelo iba en aumento por su hijo, nuera y su nieto ya que el camino hasta llegar a su casa era peligroso lleno de árboles torrentes y ríos. Con el miedo en su cuerpo y sin querer compartirlo con su mujer miraba y miraba hacia la entrada de la finca, se sobresalto por que una encina fue partida por un rayo en dos, y como un coro dirigido por un maestro con su batuta todos los perros comenzaron a aullar; mal presagio pensó el abuelo.
A media tarde dejo de llover y la tormenta paso, pero el abuelo no se relajaba, era mas o menos la hora de llegar su familia, paseaba inquieto de la calle a la cocina.
La abuela ajena a todo, preparaba las comidas que les gustaba a cada uno, no le importaba preparar varias comidas y mas si su nieto le va tirando del delantal mientras le dice: “abuela que vamos a comer hoy”.
A medida que avanzaba la tarde los paseos del abuelo de la calle a la cocina no cesaban y en uno de estos paseos vio a la abuela como se presinaba. En ese instante monto en cólera diciéndole que estaba prohibido hacer esa señal en su casa, la abuela como siempre con resignación pidió perdón, pero con esa sonrisa de duende inteligente iba diciendo para sus adentros: “si tu supieras que a nuestro nieto no solamente le enseñe a presinarse que incluso también a rezar el padre nuestro.”
Quizás cuando no queremos que se haga algo o se prohíbe, por norma general hay una desagradable historia, eso fue lo que le ocurrió al abuelo en su niñez y juventud. Por aquel entonces se regia el destino de las personas a través de la imposición de la religión, todos absolutamente todos los del pueblo fueran pequeños o grandes tenían que asistir a los oficios bajo amenaza con interferir en su trabajos o en sus siembras y así fue como paso: su padre no pudo ir ese domingo a misa, el tenia doce años y vio como nadie de los que mandaban entraban en razones ni escuchaban a su padre que no paraba de decir casi a gritos que una vaca en ese momento paria y necesitaba su ayuda. No le escucharon, lo insultaron, le negaron incluso el saludo y esto fue lo menos ya que a través de sus influencias hablaron para que sus proveedores no le dieran crédito, esto fue el detonante que le llevo a la tumba dejándolo huérfano de padre a el y a sus dos hermanos. Además como las penas nunca llegan solas su madre no pudo superar la perdida de su marido y tanto trabajar para sacar adelante a sus hijos le diagnosticaron una neumonía que le hizo no servir para nada.
Estas causas y otras muchas que seria muy largo de contar le llevaron al abuelo a no creer en nada, incluso a maldecir, decía que como se puede ser tan malo teniendo a Dios y la cruz como aliados.
El abuelo no podía ni imaginar el nuevo y doloroso revés que la vida le tenia preparado; en uno de esos paseos desde la entrada hasta la cocina escucho el ruido de un motor, su corazón le dio un vuelco y salio precipitadamente hacia la entrada, la sangre se le helo cuando vio bajar del coche a unos desconocidos en vez de su familia. Por la forma que tenían al acercarse a el y la inquietud que había tenido toda la mañana presagio algo malo y no se equivocaba pues le traían la desagradable noticia del accidente de su familia y el fatal desenlace, había muerto el matrimonio salvándose solamente el niño.
Los abuelos encajaron estoicamente el fuerte golpe pero en sus rostros se notaba el dolor y la pena. No tuvieron mas remedio que hacerse cargo del pequeño Pablo ya que la familia de Julia estaba muy dispersada y fuera en el extranjero.
Los primeros momentos fueron muy duros para los ancianos verse de pronto tan mayores y con un niño de casi cinco años con una forma de vida llena de comodidades a vivir alejado del mundo y con otras formas mas rusticas. Pero poco a poco, los seres humanos se van adaptando a la manera de vivir para facilitar su aprendizaje o costumbres, los abuelos se distribuyeron las tareas para que el niño estuviera lo mejor posible atendido, la abuela se encargaba de la comida, baños y deberes de la escuela. El abuelo por su parte enseñaba al niño todos los secretos del campo y los animales… de esta manera fue transcurriendo la vida del pequeño Pablo.
En su décimo cumpleaños ya era un chico muy alto para la edad que tenia, el abuelo estaba muy orgulloso y contento de lo inteligente que era, aprendía muy rápido cada comportamiento de los animales, cada árbol, hoja, insecto, era estudiado y conocía perfectamente cuando haría viento, llovería, cuando había que sembrar o recoger la cosecha.
Pasamos varias paginas la historia de Pablo para situarnos en su madurez ya que seria muy largo de contar. Nos vamos a situar en el momento que deja a sus abuelos y se instala en la antigua casa de sus padres, no sin antes restaurarla para posteriormente instalarse en ella. Tampoco narraremos los amoríos de Pablo pero no quiero saltarme como conoció a la que hoy es su mujer Andrea. Cuando empezó a vivir en la gran ciudad tubo que aclimatarse a los nuevos cambios de vida y las dificultades. Lo primero era intentar de dejarse de sueños y ver la realidad, de esta manera se propuso encontrar un trabajo, durante la noche pensó cuales eran sus mejores cualidades aprendidas con sus abuelos, y llego a la conclusión que podía ser un buen mecánico, puesto que entendía perfectamente el funcionamiento de todo tipo de motores. Así lo hizo, costándole mucho y teniendo dificultad para pasar las pruebas y así iniciar su vida laboral de mecánica la cual hoy disfruta con ella.
Muy cerca de su casa había una pequeña pero coqueta papelería donde Pablo frecuentaba bastante comprando todo tipo de cuadernos, folios, carpetas, etc.. De esta manera fue entablando una buena amistad con Andrea su dueña, una joven muy bonita, servicial, humilde y sensible. Todas estas cualidades y muchas mas fue el detonante de su amor, que hoy después de tantos años disfrutan. Pero hablemos de Andrea, nació de padres mayores, era la única hija, muy amante de ayudar a todo el mundo y mas a los vagabundos, era muy conocida en toda la ciudad ya que todo pobre que se acercaba a ella no se iba con las manos vacías, también por su sonrisa eterna para todo el mundo, por sus creencias religiosas, creía mucho en dios, era muy espiritual y tenia la creencia que a dios se le debe de rezar pero hay que salir de las cuatro paredes para dar, abrazar y limpiar las lagrimas del que sufre. Así fue que con tantas virtudes se llevo el sobre nombre de “santa”, cosa que a ella no le gustaba, pero la vida es así y no podemos evitara que nos etiqueten en lo bueno y en lo malo.
Hoy en día disfrutan del mismo amor pero reforzado con sus dos hijos: Juan y Nicolás. Pablo como buen esposo respetaba las creencias de Andrea y de su hijo pequeño, ya que jamás le gustaría ser como su abuelo con las imposiciones y obligaciones para que no creyera jamás en dios. Tanto le marco su niñez y juventud que solo creía en la naturaleza y en su abuelo.
En la vida no nos pueden imponer nuestra forma de creer por que si de generación en generación vamos odiando a los vecinos, nos vamos envenenando y esto hace que la única verdad sea la de nuestra familia, tenemos que escuchara todas la partes y procurar que los niños y jóvenes no se envenenen con las cosas de los mayores y mas hacia dios. Pensamos que todo va sobre ruedas día a día, el trabajo, los niños creciendo, no nos falta de nada pero nadie puede predecir el futuro, tenemos que vivir el presente, el mañana llegará por que no se puede vivir mañana si no hemos vivido hoy.
Después de pasar un feliz y alegre fin de semana, llego el lunes; Pablo a su trabajo con todas sus obligaciones, Andrea un poco mas tarde abriendo su negocio y los chavales al colegio, hasta aquí todo bien. A media mañana Pablo empezó a encontrarse mal con algunos mareos y vómitos, lo atribuyo al exceso de comida del fin de semana, pero persistían los mareos y cada vez mas fuertes, no hubo mas remedio que llamar al médico que de inmediato mando su ingreso en el hospital. Pablo se asusto mucho ya que era la primera vez que estaba enfermo y a los diez minutos Andrea estaba junto a su marido, ya que el negocio y su domicilio quedaba muy cerca del hospital. Andrea hablo con los médicos los cuales la tranquilizaron, aunque aun no tenían los resultados, de todas las pruebas se podía descartar una enfermedad grave pero tenia que estar en observación varios días.
Pablo no dijo nada pero miraba los rayos de sol que entraban por la ventana dando luz de esperanza. Pasaron los días y entre prueba y prueba Pablo seguía en el hospital, paseaba por los pasillos, era muy observador, se fijaba en todos los enfermos y poco a poco se fue hermanando con todos ellos, tanto era que desde el mas pequeño hasta el mas adulto hablaban con el.
Todos los días venían a verlo su mujer y sus hijos. Un día de estos solo vino su hijo Nicolás a verlo y acercándose a su padre le pregunto:
-Papa por que no crees en dios? Por que nunca hemos hablado de esto?
Se que como yo crees mucho en la naturaleza, y nunca te lo he dicho pero cuando sea mayor quiero restaurar la casa de tus abuelos, así cuando este cansado me retirare para sentir la naturaleza creada por dios.
El padre lo miraba no sorprendido sino con cariño y le dijo:
-Mira Nicolás, nunca te prohibí a ti ni a tu madre vuestras creencias por que seria inútil ya todos, absolutamente todos creemos unos lo demostráis y otros como yo no, pero esto no quiere decir que en algún momento demos las gracias a dios.
Nicolás se quedo con la boca abierta, pero no solo el si no también su madre que había escuchado pacientemente toda la conversación. Entonces Nicolás con esa espontaneidad que solamente tienen los niños le puso algo en las manos de su padre, este miro y vio en la palma de su mano una cruz de madera rustica hecho por el mismo, la cogio y la beso sintiendo algo extraño, como si mil rayos de luz entraran por la ventana y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que dios siempre a existido, lo vio cuando su hijo pequeño le puso la cruz en su manos y en los ojos de la gente que estaban por los pasillos.
Cuentan que Pablo y Andrea dejaron la tierra a unas edades muy viejas, Juan se convirtió en buen ingeniero industrial y Nicolás volvió al pueblo de su bisabuelo continuando la labor pero con las nuevas técnicas, sus estudios le fueron de gran ayuda para la conservación de los espacios verdes y la naturaleza.

Quisiera terminar esta historia diciendo y aconsejando que pase lo que os pase, nunca dejéis a un lado vuestras creencias, sean religiosas, dogmáticas o hacia la naturaleza, todas son importantes si empleáis el corazón y no la mente.
En el bolsillo de nuestro amigo Pablo se encontró con el tiempo un papel arrugado y descolorido que se podía leer:” el niño que quería saberlo todo”
A donde vamos después de la muerte? Por que le tenemos miedo a lo desconocido?
Existen marcianos y extraterrestres? Por que existen pobre y ricos? Por que ocurren accidentes incluso a personas que creen en dios? Por que nacemos si al final morimos?
Cuantas estrellas hay en el cielo? Quien invento las guerras? Y la felicidad? El señor también escucha a quienes no creen en el mismo dios católico? Por que creo dios mosquitos y moscas?
Si dios esta en el cielo y mis padres allí con el, como es que el puede estar vivo?

Ojala algunos profesores o padres, al leer este texto se sientan animados a hacer lo mismo. De ese modo en lugar de intentar imponer nuestra comprensión adulta del universo, acabaremos recordando de nuevo algunas preguntas de la infancia…que en realidad nunca recibieron respuestas.

1 comentario:

chiquitita dijo...

Me ha gustado mucho leer ésta história, pero opino que es muy difícil poder creer algo como el hecho de que una cruz puesta en una mano pueda generar ese otro pensamiento tan negado hasta el momento por él. Es muy difícil de poder creer algo así supongo que hasta que pasa, o que se trata de un gesto que hace reflexionar, (a veces las cosas más tontas són las que más hacen reflexionar) y darse cuenta de cosas que pasa desapercibido o que ha querido ignorar. Es más, a veces, aunque realmente pasan cosas inexplicables a nuestra lógica, el ser humano necesita siempre de esa "lógica",de buscarle una explicación para todo, tal vez para sentirse más seguro o por miedo a creer algo de lo que no puede explicar sin que alguien piense que estás loc@.
Eso que acentúa al final del relato con tantas preguntas abiertas sin respuesta...Me ha hecho pensar que hay demasiadas cosas en las que creer o no creer, que la vida es muy complicada y a su vez muy volátil, porque nunca puedes saberlo todo sobre todo, ni puedes encontrar respuestas para todo antes de seguir un nuevo camino aún más desconcertante y desconocido a su vez. A mi personalmente no me da miedo irme, me da más miedo el dolor o el verme perdida y sola en una zona que no pertenece a ningún lugar en concreto. Y quizás no debería decir una vida complicada, porque siempre tendemos a complicarla nosotros mismos más de lo que es, por no saber simplificar, pero sí volátil. Por esa razón también pienso como usted bien dice que hay que vivir el presente y disfrutarlo siempre a tope como si fuera el último día para saborearlo con más intensidad, y esperar al mañana para saber que nuevas nos trae. Pero también es fácil de decir y difícil de cumplir con la sociedad creada actualmente.
Gracias por leerme.