domingo, 24 de abril de 2011

CONOCES TUS LÍMITES


Conocer nuestros límites no solamente consiste en mirar de frente tus miedos o poner en una balanza tu ignorancia, conocer tus límites es definir una nueva relación contigo mismo para vivir una vida más feliz.

Aunque creemos conocer nuestros límites, muchas veces nos pasamos de velocidad creyendo que podemos llegar antes que nadie. En mi camino espiritual siempre disfruté de tenerlo muy claro, ya que desde niño vi los tres conceptos y formas. El primero era huir, el segundo ser espectador, y el tercero era la integración, me acogí al tercero asumiendo la responsabilidad que conlleva ser un hermano espiritual.

Pero desde siempre lo tuve muy claro, y aunque los seres humanos me exigieran el máximo de mí nunca debía olvidar mis limitaciones, porque hubiera sido nefasto incluso para mí salud. Quise poner mis propias metas, primero conocerme a mí mismo, y cuanto podía dar a los demás, pero siempre pensando de no defraudarlos, ya que en mi camino y a lo largo de muchos años, por suerte o por desgracia me tocó conocer a muchas personas, me prometí a mi mismo dar lo máximo a todos ellos, pero con el pensamiento muy claro en todo lo que tenía que hacer, en pro y ayuda de los demás no me llevaba a creerme que era superior o subirme a un pedestal, en este aspecto lo tuve siempre muy claro, y aunque diera la vida por todos ellos siempre me mantendría en la última silla de la gran escuela llamada vida.

A lo largo de mi vida, y todavía espero que me dé mucho más tiempo para poder intentar ayudar a todas las personas que Dios me ponga en mi camino. Pero a lo largo de mi vida aprendí mucho y todo os lo debo a todos ustedes, a todos los niños, no solamente a los que incluí en mi primer libro, en este quiero hacerles un homenaje a todos los del mundo entero, queremos únicamente llevar amor, consuelo, fe, ilusión y fuerzas a todos los que lo necesiten, sin mirar su ideología, religión o política.

Jamás en mi camino pretendí que los demás me vieran como un santo, curandero, visionario y menos creer que tenía la fórmula secreta para hacer milagros, ni saber más que nadie, siempre en este aspecto lo tuve muy claro, aunque sabía que mi camino en la Tierra sería muy difícil de comprender, siempre mi labor y fuerza la puse al servicio de los seres humanos, de una manera sencilla, para que el enfermo, el desesperado, el desahuciado pudiera darle las manos, mostrarle mi hombro o darle toda mi sincera amistad. Pero siempre pensé que no sería comprendido, y aún más en una sociedad que tienen que ver la pera en el peral para que sepan que crecen en un árbol.

Trabajar con la energía es muy diferente a la labor del médico, que ante cualquier malestar tiran de recetas y mandan uno y mil medicamentos, con esto no quiero decir que no crea en la ciencia, creo que soy el primero en mandar a las personas al médico que para eso están. Muchas de las personas que yo pueda atender, quizás les sobre muchas de esas medicinas ya que su dolor no es físico, es del alma, y ahí la ciencia aun no ha llegado para inventar esa medicina tan necesitada, hoy en día en una sociedad tan materialista y falta de principios.

Cuanto nos gustaría que para cada tipo de enfermedad que no está prescrito en el código de la sanidad pudiéramos tener esa pastilla, para los parados jarabes, para los que no pueden pagar las hipotecas inyectables, para la soledad, soberbia, y desamores supositorios, para el hambre. Algún día se dará cuenta la ciencia que está muy bien recetar una medicina, pero muchas veces una palabra, una mano o un fuerte abrazo, quizás sin menospreciar la ciencia, muchas veces curan más y más rápidamente. Cuando a lo largo de mi vida y con muchas horas sentado dándoles la mano y consuelo a muchas personas, muchas veces me encuentro impotente, porque me gustaría ayudarles mucho más y quitarles sus penas y enfermedades, pero quiero que ellos nunca olviden que soy un ser humano, igual que ellos, simplemente es que tengo mucha paciencia para escucharlos, darles mis humildes consejos, pero nunca obligar, porque cada ser humano tiene la libertad de elegir su camino aunque muchas veces no lo vean, y tengamos que llevarlo de las manos para que ellos inicien sus caminos.

Yo sé muchas veces como son la personas que hablan conmigo, no hay mucho misterio, son personas que buscan más palabras de amor, aunque yo lo primero que les aconsejo es que vayan al médico muchos de ellos lo hacen, pero hablar conmigo lo tienen como un suplemento para sus dolores. Muchas personas que conozco sufren el peor de los males, la muerte de sus hijos jóvenes, en este apartado es donde hay que tener mucho cuidado, porque ellos y ellas buscan un canal para poder hablar con sus hijos o saber cómo y dónde se encuentran. Mi consejo sobre este delicado tema es siempre el mismo, que yo no puedo jamás quitarles las penas pero si les puedo ayudar a llevarlo mejor.

Quiero terminar este relato, aunque podría escribir mucho más, pero mi intención no es nunca hablar de mí mismo. Pero me gustaría terminar con lo que aprendí.

Aprendí, que si sonreímos a un enfermo casi siempre nos devolverá la sonrisa.

Aprendí, que si no existieran los problemas no existiría la oportunidad.

Aprendí que hay personas enfermas, a los que jamás podemos complacer, no importa lo que hagamos.

Aprendí que llega un momento en que debemos dejar de sufrir por la muerte de un ser querido y continuar con nuestra vida.

Aprendí que siempre me siento bien al tomar la mano de la persona enferma.

Aprendí que los hermanos espirituales no necesitan consejos, sino comprensión.

Aprendí tantas y tantas cosas de ustedes que muchas veces me sentí el más feliz de los seres humanos.

Aprendí que cuesta muy poco escuchar y menos cuesta ser amable con el que no puede.

Aprendí que en ocasiones sólo necesito que me abracen.

Aprendí que podemos seguir mucho tiempo después de pensar que ya no podemos más.

Aprendí que escuchar a las personas preocupadas y enfermas rompe nuestro corazón, pero vale la pena.

Aprendí que los grandes problemas siempre empiezan siendo pequeños.

Aprendí que amar y ser amado es la mayor alegría del mundo.

Aprendí que la buena salud es la verdadera riqueza.

Aprendí de la mejor universidad, que es la vida, dónde tú eres profesor y alumno.

Aprendí que el hermano que dice que algo no puede hacerse, con frecuencia es interrumpido por otro hermano que ya lo está haciendo.

Aprendí que debemos apreciar a los enfermos por lo que son y no por lo que deseamos que sean.

Aprendí que cuando tomé mis decisiones estaba muy enfadado, de esta forma jamás podemos ayudar a nadie.

Aprendí que el entusiasmo y el éxito parecen ir juntos.

Aprendí que los zapatos cómodos son muy indispensables para andar mejor nuestros caminos.

Aprendí que no se puede ser cuidador sin arriesgarse.

Aprendí que antes de ayudar a los demás hay que ayudar a los tuyos.

APRENDÍ.

PREGÚNTAME


Pregúntame, está orientado a los diferentes comportamientos segn las circunstancias de los seres humanos, las fuerzas, las ganas, el amor que envuelve cada palabra, hechos o dedicación. Mi forma de ser, mi energía, fuerza y constancia ha hecho que muchas personas lo hayan catalogado como si yo fuera muy distinto, y dentro de esta forma de pensar se atreven a preguntarme, de dónde saco tanta energía para estar siempre igual y con las mismas ganas de dar el máximo hacia los demás. Pero todo esto no es por una exaltada santidad, y aún menos porque todo sea obligado, la libertad de acción que es lo que más predominaba en ese camino que nadie me dijo jamás que tenía que recorrer. Para hablar de esto tenemos que remontarnos a un mundo exterior, que para poder explicarlo nos llevaría a encontrar esos obstáculos que la humanidad o parte de ella se atraillaran sin querer comprender ni dejar una puerta abierta para aprender, aunque no se crean o lo vean muy complicado o difícil. En honor a la verdad y después de muchos años, me veo al final de ese trato llamado vida, pero lo que si aprendí y estudié muchos de los comportamientos de personas que se dedicaban en cuerpo y alma a sus profesiones, incluyendo a los que a cambio de nada dan sus vidas por los demás.

Para mí todo esto tiene una sencilla explicación, porque sin querer me afecta a mí persona. Pienso que toda persona que es consciente de la función que tiene que realizar, y da todo lo que está en sus manos, incluyendo su tiempo y parte de su vida, anteponiéndola a ellos mismos son dignos nunca de lastima, ni envidias, tampoco de que sean alzados a un pedestal que ellos detestan.

Cuando estudié a estos grandes profesionales en los diferentes apartados, y distintas profesiones que hoy amplia ese gran abanico de la sociedad, empezando por mí, desde hace muchos años tenía muy claro cuál sería mi camino en el presente y mucho más en el futuro, como todo que se tiene que llevar a cabo, innovador y nuevo, conlleva una serie de dudas, y muchos desconciertos, pero nunca en todo lo que hagáis, bien sea laboral, profesionalmente o espiritual, nunca desfallecer, porque todo está en las ganas que le pongáis, y el tiempo que siempre correrá a vuestro favor.

Al empezar en este camino quiero aclarar que uno sólo jamás lo lograría, como toda empresa si lo hacemos en equipo todo saldrá mucho mejor y aún más si tienes a tu mujer e hijos a tu lado. Esta es la mejor fuente de energía que te hace día a día más fuerte para seguir adelante sin desfallecer. A lo largo de mi vida quise entender mi camino, y ahora y a través de este escrito me dais la oportunidad de expresarlo, espero que para muchos sirva de guía y para los que no lo entiendan espero que tengan un mínimo respeto.

Mi camino y así lo entendí, no estaba formado por estudios, ni cursillos y aún menos diplomas en las paredes, pero había que trasmitir hacia las personas sin darles ninguna receta, ni medicamentos naturales convencionales, y menos alternativos. Estaba basado en trasladar y compartir sus penas de una manera sencilla y natural, ya que hoy en día unos de los canceres que más corroe es la soledad, no sentirse amado, ni escuchado, dando gritos muchas veces que no son escuchados por nadie. Me propuse escuchar a todas las personas a sabiendas que la empresa sería muy difícil y más cuando y a través de tantos vacíos los seres humanos nos aferramos, como el pescador que se coge a la última tabla de su barca para no ahogarse.

De esta manera y empleando toda la paciencia que Dios nos ha dado transcurrían los días, los años hasta llegar muy cerca de los 30 años, el lector creo que se podrá hacer una idea de las muchas situaciones, muchas veces agradables y muchas veces desagradables. Quiero que penséis que este camino no es tan fácil y bonito como las personas creen, pero también en honor a la verdad, son muchos los amigos y personas buenas que a lo largo de nuestras vidas hemos encontrado, un día nos dijimos que por una manzana podrida que hubiera en el manzano, nunca deberíamos cortarlo.

Pregúntame, es mi forma de ver cada una de las personas que aman su profesión o trabajo, el médico que aparte de serlo desborda su humanidad jamás estará cansado, porque todo lo que haga hacia los demás sacará todo el amor que lleva dentro, haciendo de su profesión arcoíris de colores.

El labrador, que año tras año prepara su tierra con toda la dedicación, poniendo su alma en ello, sabiendo que podría venir una tormenta y arrasar sus cosechas, pero el amor hacia la tierra les hace seguir adelante, viendo como sus cosechas son como hijos engendrador por él.

El policía, que aparte de sus obligaciones, aparta un poco su disciplina y rigidez para dar paso al ser humano que hay dentro de ese uniforme, dando unas pinceladas de amor en cada uno de sus actos.

El pintor, que con todo su amor hace de lo feo algo bonito, empleando sus pinturas para inmortalizar sus cuadros y crear una ventana a ese mundo maravilloso que todos deseamos contemplar.

Al escribir “Pregúntame” pretendo hacer un sencillo homenaje a todas las profesiones del mundo entero, esperando que estas que expongo aquí, las representen a todas, tener siempre presente amigos míos, que a lo largo de nuestras vidas se nos puede presentar algo que jamás os podría decir. Todo pasa de una manera sorprendente, de pequeño el niño que quiso ser bombero y después fue médico, la niña que quería ser enfermera y de grande es peluquera, con esto quiero decir que nunca, y a lo largo de nuestras vidas podemos decir que ya lo tenemos todo hecho, quizás al andar un camino contamos con la satisfacción necesaria.

Esto fue precisamente lo que me paso a mí, desde hace muchos años, intenté ayudaros dentro de mis límites y posibilidades. Espero amigos míos que lo haya conseguido, pero si en algún momento alguien se siente defraudado quizás no es culpa nuestra, puede ser que estos hermanos nos vieron como dioses sin darse cuenta de que somos igual que ellos

SERES HUMANOS.

ZAMBULLIRSE EN LA VIDA


Para disfrutar de cada día es importante no creer que el tiempo es infinito. Nadie tiene un contrato con la vida. Vivimos en un entorno presente y si profundizamos en esta idea concluiremos que tanto el pasado como el futuro son sólo pequeños trucos de nuestra imaginación.

Como se dice vulgarmente, el ayer es un talón sin fondos y el mañana apenas una promesa de pago. La vida verdadera se gasta en efectivo y eso es aquí y ahora. De nada sirve retardar infinitamente la zambullida en la piscina de la vida. La mayoría de fracasos empiezan por el temor de poner a prueba el potencial de cada uno. Un miedo nefasto, cuyo disfraz empuja a algunos a beber en exceso, dormir demasiado, esconderse de una sexualidad promiscua y superficial o pasar largas horas frente a la pantalla de un ordenador o el televisor.

Quizás el mayor de los secretos para conseguir esa invaluable sonrisa matutina sea aprender a valorar las cosas buenas que uno ya tiene. Podría suceder que tú creas que no tienes demasiadas cosas buenas para valorar, que la hipoteca te impide ahorrar, que el trabajo no te satisface, que no puedes darte tantos gustos y que te preocupa que la memoria, la fuerza y la juventud, a veces parezcan estar en fuga.

Como la mayoría, supones que todo sería fácil si tuvieras una gran riqueza o un gran poder, aunque como todos tu también sabes de algunos hombres y mujeres millonarios o poderosos que son muy infelices y tienen vidas muy atormentadas e incluso solitarias. No estoy diciendo que no sea agradable tener dinero y con él conseguir el acceso a las cosas que sólo el dinero puede comprar. Estoy diciendo que también es bueno detenerse alguna que otra vez a reflexionar para estar seguros de no haber perdido las cosas que el dinero no puede comprar.

¿Cuánto vale vivir dónde vivimos? Pero no en un país en guerra, sino cuánto vale no estar en paro, cual es el valor del amor de tus amigos o de tu familia. Otra forma de poner ejemplos es preguntarnos ¿venderíamos nuestros ojos por un millón de euros? ¿O tus manos por diez millones?

Y si ahora te das cuenta del error de no valorar lo que tienes no pierdas el tiempo en recriminarte, porque parte del desafío es enfrentarse a la vida con una sonrisa, es no quedarse demasiado tiempo reprochándose los propios fallos, sino utilizarlos como disparadores de nuestro aprendizaje. No olvides que las lecciones más importantes de la vida vienen de la mano de nuestros mayores fracasos.

Una sonrisa es la puerta abierta del enfermo, del que perdió la fe, del que tiene depresión y el puente de las familias enfadadas. SONRÍE.

Muchas veces me he preguntado el valor de lo que significaba viajar a Lourdes; quise intentarlo muchas veces pero no era por falta de fe, más bien por una enfermedad que me ancló en vida y segó un poco mi juventud. Hoy he tenido la gran suerte de viajar en los corazones de estos hermanos que han hecho posible pasar de un sueño a una realidad. Quiero pediros que no estéis tristes y menos en estos momentos que demostráis algo tan importante: Cómo formar una gran familia. Una paloma joven no puede volar si sus alas no están fortalecidas, y eso fue lo que hice, fortalecerlas para cuando llegara el momento de volar y volar hacia el padre, que es dónde estoy en estos momentos, sed fuertes en las circunstancias o anormalidades que la vida os ponga por cumplir; estad siempre unidos como habéis estado en la cadena que habéis hecho en honor de tantos enfermos y de personas que como yo han dejado la Tierra, no preocuparos, que poco a poco le daré a mi familia fuerza para comprender, luz para entender y amor para compartir. Gracias hermanos por la ayuda a mis padres y a mí.

Olivia.

LA ÚLTIMA ESTACIÓN


Es el lugar donde muchos tenemos que llegar, no hay horas ni edad, muchos tenemos tiempo de reflexionar, en cambio otros no pararán.

El primer grito que damos al nacer es para que nuestra familia sepa que ya estamos aquí y así empezamos a cabalgar en este mundo, al cual traemos un libro con las páginas en blanco dónde nadie, absolutamente nadie, ni familia, ni amigos pueden escribir en él, lo mismo que tampoco nos pueden cambiar el chupete por la forma de borrar.

Empezamos poco a poco a dispersar esas tinieblas en la cual hemos vivido durante nueve meses, para empezar a vislumbrar la luz de la vida donde empezamos, primero a conocer nuestros padres, que con su comportamiento formaran la personalidad, la fortaleza y confianza para enfrentarnos a este mundo donde voluntariamente hemos querido nacer.

Más tarde conoceremos a los hermanos, si es que los hay, sino a la familia paterna y materna, en las cuales si hay amor y se llevan bien formarán nuestros caminos, nuestra estructura fortalecida para enfrentarnos a los retos que se nos planteen a lo largo de nuestra vida. Más adelante conoceremos un poco la vida fuera de la protección de nuestro hogar, asistiendo, por primera vez al parvulario donde nos tendremos que defender sin que estén nuestros padres, pero esto nos servirá, entre sonrisas y lágrimas, salir un poco de estar entre algodones y de tantas protecciones de la familia, creyendo que somos de cristal y por lo tanto, en cualquier momento, si no están ellos podemos rompernos.

Van pasando los años y entramos en la pubertad, puerta abierta al no saber que es realmente lo que queremos, culpando a nuestros padres de que no nos entienden. Buscamos la tan socorrida formula de ser un cordero con los amigos y en la casa un poco “demonio”, lo que nunca comprenderán que aunque seamos “carrozas” como ellos dicen, también fuimos jóvenes como ellos, pero en una sociedad muy diferente donde los valores humanos tenían un puesto muy importante.

Damos un buen salto a la juventud con un abanico muy amplio de ilusiones, sueños y muchas incomprensiones, subiéndonos a un caballo que queremos que nos lleve a muchos lugares para saber qué camino coger y llenar esos vacíos del alma. Primicias de amor de esa juventud que empiezan a latirles el corazón con un poco más de ritmo.

Abeja que va de flor en flor para encontrar el mejor néctar para formar su hogar como una herencia de los mayores.

La madurez está formada por la recolecta de los mejores frutos de nuestro comportamiento, nuestras ideas, estudios, estado laboral, obligaciones y responsabilidad. Nido de ilusión fortalecido con esas ramas de amor para que con el compañero o compañera que hemos elegido nos comprometamos a criar y educar a nuestros hijos en un marco de tolerancia y respeto.

Pero como todo se está disparando, nadie aguanta a nadie y más la juventud porque cogen un tren llamado felicidad donde en cada estación van dejando parte de ella, bien por carácter, por economía y por un tercero o tercera llegan a una estación que si hay descendencia todavía es más duro, no para el adulto, más bien para los más pequeños y no sabemos si seguir adelante, coger el próximo tren y darnos la vuelta, o seguir en ese tren que nos lleva hacia la nada.

Esto es muy diferente cuando llega la madurez, hay más rosas que espinas, la vida cambia totalmente asomándonos al balcón cogido con tu pareja de la mano y comprobar que tus hijos y nietos han crecido. Espejo dónde te ves más mayor, con el pelo más blanco, pero con la satisfacción de llegar y haber cumplido el compromiso de ser padres.

Vejez aceptada para no mirar atrás los momentos vividos en nuestra niñez, pubertad y juventud. Achaques de dolencias de un cuerpo deteriorado después de luchar en mil y una batalla. Tren que cogemos con un billete sólo de ida, viaje lento sin prisa para reflexionar y mentalmente pedir perdón por los errores, muchas veces cometidos sin mala intención.

Viaje a la última estación consciente de la vejez, con paz, tranquilidad y fuerza, llevando en tus alforjas todos los recuerdos de tus amigos, las sonrisas de tus hijos recopilando todos los momentos vividos con tu pareja, y con un pensamiento como si fueran mil gritos que no acaban de salir de nuestra garganta para decirle al mundo entero MAESTRO MISIÓN CUMPLIDA.

Nunca tenerle miedo a la última estación porque cuando nacemos nos dan un bono-tren para todos los viajes y siempre reservareis para el último viaje.

Última estación donde todos nos reuniremos para regresar al lugar de dónde hemos venido.

DENTRO DE MÍ


Nunca jamás me podía hacer una idea de las cosas que me ocurrirían desde el momento en que decidí escribir mis libros, y la cantidad de historias reales que vendrían a mi mente.

Dentro de mí está escrita para que muchos de los seres humanos que buscan por fuera lo que tienen por dentro despierten y se valoren más, que se hagan muchas veces escaladores de unos mismos y se den cuenta de que tienen verdaderos almacenes de riquezas por dentro de ellos, y se mueren de hambre en sus puertas.

Hermano: ante todo te doy mis más sinceras gracias por acceder a escribir mi humilde historia. Mi lugar de nacimiento fue en Venezuela, en la ciudad más bonita que Dios creó, mi niñez como todos los niños de aquél tiempo, dónde la necesidad nos unía más, y las miserias las compartíamos juntos, con esa dignidad de ser pobre, pero aparte de las necesidades estaba la Libertad, la seguridad, y todo el amor de nuestros padres, que hoy y a través de ti les mando todo mi amor, esperando que estén aquí en esta dimensión llamada cielo. Si fuera así amigo, tú me lo transmitirías a través de tu mente para que yo lo busque aquí, como reflejé anteriormente mi niñez fue la más feliz, por el amor de mis padres y hermanos ya que soy el tercero de cuatro hermanos.

Si me lo permitís quiero nombrarlos a todos. Andrés: mi padre me dio raíces para crecer y alas para volar, a él le debo lo poco y lo mucho que fui, jamás a lo largo de mi vida vi una pareja que se quisieran más que ellos, aparte de nuestra familia que en aquél tiempo éramos seis, él le dedicaba muchas horas a mi abuela y mis tíos, y más dedicaba mucho tiempo a su hermana pequeña que al poco tiempo de nacer quedó paralítica como consecuencia de la poleo. Mi padre tenía una aserradora con muchos trabajadores, llevada por él y por mi hermano mayor, colaborando mi hermana pequeña Isabel, como administradora. Hombre siempre amigo de los amigos, todos le querían mucho por su honestidad y más aún por su forma de ser, jamás le negó nada a nadie, siempre dentro de sus límites. Aprendí de él el derecho a la libertad de cada hombre y mujer, fueran de la ideología, religión o política, o color de la piel. Me enseñó que la Tierra era un legado de Dios, dónde todos juntos podíamos convivir como verdaderos hermanos

Isabela: mi madre, mujer muy guapa dónde su estatura nunca le impidió ser una gran mujer, valiente y sincera, creo que si algún día pudiera le pondría un monumento a la paciencia y amor hacia nosotros, y a todo ser que la necesitara. Ama de casa con muchas virtudes, destacando entre ellas su arte culinaria, era una de las mejores cocineras, claro sin contar a su madre, mi abuela otra de sus virtudes era que a todos nos quería por igual, dejando el dinero que le sobraba para hacer cuatro montones para cada uno de nosotros a partes iguales, esto lo hacía desde que éramos pequeños, más tarde contaré que mi parte me sirvió para ese viaje que más tarde comunicaré. De ella aprendí la paciencia, el honor y la verdad, su abnegación y constancia me permitió verla como una mujer que nunca dejaba nada por perdido. Gracias Mamá.

Mi hermano mayor: Jaime un ser maravilloso creo que cogió las cualidades de mis padres y las suyas uniéndolas para sacar la palabra humano, siempre que yo o mis hermanos lo necesitábamos estaba ahí, con esa sonrisa eterna siendo capaz de apartar las nubes de un día nublado en un día de sol, le gustaba mucho la música en sus ratos libres tocaba el instrumento de su alma que nunca soltaba, su amigo el saxofón. En el trabajo le llamaban el Santo, nombre que él odiaba, pero los trabajadores a los que ese sábado lluvioso les salvó la vida lo veían como un autentico Santo. Según contaba uno de los trabajadores decía que el día había amanecido algo lluvioso, ya en el trabajo y cuando Jaime, sigo contando la versión de este trabajador, en un momento ocurrió todo, él nos gritó a mí y a tres compañeros, estábamos al lado de una gran pila de troncos muy gruesos cuando todos miramos hacia nuestro jefe, escuchando sus gritos que nos alejáramos corriendo, no lo pensamos salimos los cuatro corriendo, al momento los troncos rodaban justamente dónde un segundo antes estábamos ajenos al peligro que se cernía sobre nosotros. Según todos los trabajadores nunca dijo nada mi hermano, como supo que los troncos rodarían, si antes jamás había ocurrido nada semejante, ya que todos estaban apilados con una escrupulosa seguridad. En casa solamente un día que comíamos todos juntos lo único que dijo es que fue casualidad.

Pero para mí no fue casualidad, y más sabiendo que desde que era pequeño veía a mi hermano con muchas cualidades (paranormales), y por lo tanto tengo la sana convicción que no fueron casualidades.

De mi hermana Carmen tengo que decir que no solamente heredó la belleza de nuestra madre, también todas sus virtudes, trabajadora muy eficaz, amante y defensora de todos los marginados y de todas las personas que carecían de techo. Su eficacia era reconocida incluso por las autoridades ya que con frecuencia era invitada a muchos de los eventos que celebraban en la alcaldía y ayuntamiento. En el trabajo y con sus compañeros, según ellos era la dulcificación en persona todos la querían mucho porque al igual que podía llevar la administración, en algunos momentos se ponía su mono de trabajo y era uno más, su corazón era tan grande que no había categoría para ella, lo mismo hablaba con el obispo que con el vagabundo más pobre. Amigo a través de ti: le mando desde el cielo lo mejor para ella y quiero que le digas que nunca la olvidé, ni a ella ni a ninguno.

Bien, me queda la última y la más pequeña, mi hermana Isabelita: carácter muy variado creo que cogió un poco de todos nosotros, al ser una familia con tantas virtudes. Amante de la naturaleza y de la libertad, como todos nosotros era una trabajadora muy eficaz, y lo que más le perdía era cuidar a los animales, muchas veces en casa teníamos que llamarle la atención porque nos invadían toda clase de animales, la llamábamos cariñosamente “Noé” porque había animales de todas las especies, se le podía perdonar por el gran corazón que tenía, su simpatía y espontaneidad.

Bueno amigo me tocó a mí: fui creciendo rodeado de esta gran familia, pero al igual que yo crecía la libertad, y el espíritu aventurero, cuando llegué a la edad de 16 años hablé abiertamente con mis padres, sabía que la comprensión y el amor que ellos derrochaban me ayudaría a que me comprendieran. Llegó el momento después de la cena y en la sobremesa, quiero antes de continuar, decir que había una regla estricta que nadie se podía saltar, era cenar y comer todos juntos, y disfrutar de la sobremesa donde se aprovechaba para hablar y discutir los problemas diarios. Bien, cuando me dirigí a ellos sus caras eran un poema, pero no había tinté de sorpresas.

Narro y a través de este escrito la conversación: Papá, mamá, llegando a esta edad me gustaría recorrer el mundo y más concretamente Europa. Mis hermanos me miraban un poco asombrados menos Isabelita, que al ser como yo le parecía bien. Mis padres muy benévolos me dijeron que lo pensara bien, pero hagas lo que hagas nosotros te damos nuestra bendición, saltaba de alegría pero ellos necesitaban una explicación, les dije: papá, mamá habéis sido lo más grande para mí, me siento muy orgulloso de ser vuestro hijo y si hay más vidas volveré a elegiros como padres, las lágrimas muchas veces no deseadas corrían por sus mejillas, al igual que a todos mis hermanos. Papá me dirijo a ti porque como hombre me comprenderás mejor, quiero que sepas nunca me acobardo de nada, y menos aun del trabajo, tengo la fuerza necesaria para desempeñar cualquier tarea por muy agobiante que sea, nuestra familia es maravillosa y se sobradamente que el amor y el confort que hay aquí no lo voy a encontrar en ningún lugar del mundo, y no habrá nadie en mi camino que se capaz de hacer la comida que hace nuestra madre, pero tengo la decisión ya pensaba, sin marcha atrás. Mamá, un día nos dijiste que ahorrabas un poco para los cuatro a partes iguales, me gustaría que mi padre me la dieras ahora que me hace falta, lo uniré a lo que tengo ahorrado, y así podré viajar. Todos estábamos conformes.

El día 16 de junio, desde la barandilla del barco, que precisamente se llamaba Libertad les decía adiós a toda mi familia y amigos dirigiéndome a Europa. Cuando llegué al nuevo mundo que era para mí, estuve viajando en muchas ciudades, tengo que decir que aunque tengamos mucho dinero pero si no sabemos administrarlo este dura poco. Así fue cuando llegué a Alemania, prácticamente no me quedaba nada, recorriendo a trabajos temporales ya un poco preocupado y más con la añoranza de mi familia y el confort de mi casa muchas veces me tentó la idea de volver, pero muchas veces el orgullo es la fortaleza que nos da fuerzas para seguir adelante, unos de esos días que caminas sin rumbo fijo, entré en un bar donde me apetecía un café, después de estar un rato ojeando y leyendo los carteles vi de pronto uno que me llamó poderosamente la atención, hacía referencia a España, más en concreto a la Legión, pedían voluntarios, como me gustaba recorrer mundo y España, aunque en Venezuela escuché de siempre hablar de ella, no lo pensé y me apunté, y de un abrir y cerrar de ojos me encontré en una ciudad española llamada Ceuta, todo fue muy rápido me encontré en un mundo muy distinto al mío, militar y en medio de una guerra que no era la mía, pero como todas las guerras muy absurda, creo que fue en el 1936 aunque mantenía de tarde en tarde noticias de mi familia, una vez dentro de esta guerra perdí todo contacto con ellos, en los diferentes frentes en los cuales estuve, había uno que nunca olvidaré, en una ofensiva fui herido en una pierna por la metralla, siendo trasladado a mi cuartel de Ceuta, de dónde ya no me movería, la pierna no la perdí de milagros pero quedé inservible para el servicio activo.

Pero eso sí, no faltaron las decoraciones como héroe, pero lo que más me era urgente era saber dónde o que destino le darían a mi vida. Quería formar mi familia con esa novia que tenía desde que llegué a Ceuta, aunque me había quedado una paga no era suficiente, después de hablar con las entidades militares y gubernamentales llegaron a un acuerdo, que el ayuntamiento se encargaría de darme un cargo o plaza en el mismo. Me designaron el control de pesca la entrada y salida, cargo dónde quizás fue mi ruina, ya con el tiempo casado y con dos hijos, Jesús y Mercedes, perdón mi mujer se llamaba Aurora. Bien hablando del cargo, los amigos por hacer la vista gorda o bien me daban dinero o invitaciones en el bar, o lo que yo quisiera, esta fue mi perdición, había días que tenía que dar cuenta en el ayuntamiento y no podía ni hablar de lo bebido que estaba, después de tantos abusos un día el hígado me estalló.

Le pido perdón a mi mujer y a mis hijos, y aunque hoy aún está mi foto en el museo de la legión no me siento orgulloso de ella.

MI VIDA


Este humilde mensaje lo envío para que sirva de enseñanza para todas las personas que pasan de la madurez a la vejez.

Dicen que para el hombre formar una familia es la empresa más importante y al mismo tiempo la más difícil, ya que nos convertimos en directores, vigilantes, trabajadores y comerciales.

Quiero darte las gracias amigo y al mismo tiempo te pido perdón por aprovecharme de tu energía para que este escrito salga a la luz, y no quede en el más puro anonimato.

Bien, mi nombre es Manuel nacido en un pequeño pueblo de tantos que hay en nuestra bella España. Caminante de mil caminos que en uno de ellos tuve la gran suerte de conocer a mi mujer Ana, desde el primer momento nos dimos cuenta de que el uno estaba hecho para el otro. Después de conocernos muy a fondo decidimos formar una familia, así fue, vivíamos muy felices, nos teníamos tanto amor que cada día era como una ilusión como si viviéramos en una nube y fuéramos los únicos que viviéramos en la Tierra.

Cuando vimos el nacimiento de nuestros hijos pensamos que el quinteto que formábamos era ya suficiente. Los formamos con una educación basada en el respeto, el amor y la verdad ante todo, crecieron con toda la alegría de ser jóvenes, con mucha salud eligiendo cada uno de ellos su profesión o carrera, los dejamos que ellos mismos las condujeran, pero siempre y en todo proyecto que iban a realizar estábamos nosotros. Esto último les creó una auténtica confianza y madurez que más tarde sería la puerta abierta para andar pisando terrenos duros y no blandos. Cuando empezaron con sus amoríos, tengo que aclarar que los tres unos a otros se llevaban once meses, con esto queremos decía que son como trillizos.

Gracias a Dios no desfilaron muchas mujeres por nuestra casa, dos mayores se casaron con las que conocieron de primera, el único que era un poco indeciso fue el pequeño, que a la tercera fue la definitiva. Había tanta alegría que nuestra vejez la veíamos llena de felicidad y amor junto a nuestros hijos y nietos. Pero como siempre la sombra de la tristeza avanzaba sin poder detenerla.

Un día creo que fue en el cumpleaños de nuestro nieto pequeño me di cuenta en el cambio de actitud de Ana, su cara me decía que algo no marchaba bien, como siempre no quería que nadie se preocupara por ella, no quería que por ella la fiesta y estar todos juntos se terminara. Pero no pudo más, cayó al suelo y automáticamente la llevamos al hospital, después de un exhaustivo chequeo el diagnostico no era ni mucho esperanzador. Nos decía que había metástasis por todo el cuerpo y que duraría muy poco, y así fue el día 11 de julio. Y después de estar todos juntos le dio un beso a todos y cogida de mis manos me dijo: siento mucho dejar la Tierra por todos, pero más por ti porque aunque tengas a tus hijos y nietos estarás muy solo. Y con estas palabras nos dejó para siempre.

El cambio fue brutal, y más cuando estamos acostumbrados a nuestras mujeres que nos ayudan, y más a mí que era muy patoso para los quehaceres del hogar, aunque le ayudaba ella llevaba todo el peso. Los primeros días fueron duros para mí, se me quitaron todas las ganas de vivir pero lo que más me costaba era disimular delante de mis hijos y nietos, tendríamos que hacer unos cursos aunque sean acelerados y así saber comportarnos en cada situación que la vida nos tiene reservadas.

Pasados los dos meses de la muerte de mi querida esposa hablé con mis hijos y les plantee mis intenciones, era de entrar voluntariamente en un geriátrico, ellos se opusieron desde el primer momento pero mi decisión y argumento era muy sólido. Tengo que decir en honor a la verdad que ellos los tres al igual que mis nueras y nietos, me han demostrado mucho cariño y respeto, pero comprendí que mi lugar era en ese geriátrico que al igual que yo ellos disfrutarían de libertad. Mi relación antes y ahora era muy buena, pero siempre me gustó ser un poco ermitaño, mi mujer desde siempre, incluso cuando éramos novios me decía el sobre nombre del “Solitario”. Todos se interesaron por mi lugar donde residiría para que no me faltara de nada y que el confort y comodidad fuera de primera.

Así, unos días antes del verano ingresé en esa ciudad de personas adultas y no viejos, que en el descanso de los bancos a las sombras de esos árboles que se alegraban de escuchar tantas historias alegres y otras no tan alegres, pasaban la segunda o tercera etapa de sus vidas.

Yo me adapté muy pronto a esta vida con los días calcados unos de otros, pero no es el lugar dónde se viva, es saber porque estamos aquí y cuáles fueron las circunstancias que nos llevaron a ello. Recordando siempre a mi mujer mi tristeza iba en aumento, aunque estaba alegre y participaba a todos los actos del geriátrico las ganas de vivir hacía mucho tiempo que se fueron. Cada noche le pedía a Dios que si faltaba mucho para cumplir mis días en la Tierra para volver con ella, para estar juntos para siempre en la eternidad.

Lo peor que llevaba era la noche, el silencio muchas veces unía a mis lágrimas y sollozos. Pero si Dios así lo quiso el sabría porque. Siempre que podían mis hijos me visitaban unos durante la semana y todos los fines de semana, yo personalmente los veía muy tristes aunque a mí me vieran bien, pero aceptaban que yo estuviera allí. Una noche que no podía dormir les escribí una carta porque creía que mi vida se me marchaba a paso ligero.

Queridos hijos y nietos, esta carta es para deciros lo orgulloso que me siento de todos ustedes, quiero que nunca os reprochéis unos a otros lo que yo pedí un día voluntariamente aquí, siempre quise educaros de una manera firme y única al igual que vuestra madre cuando vivía. Lo mismo que yo nos iremos contentos y felices de haberlo conseguido. Hijos míos, me queda muy poco tiempo de vida en la Tierra no sufrir por mí, porque cada noche tengo una visita muy importante que me da las manos y me dice que no tenga miedo. Yo creo que es vuestra madre que me está esperando para que viaje con ella. Abrazaros todos junto a mí para que yo os diga cuanto os quiero. Adiós.

MIS ACLARACIONES


Cuando un día me propuse cumplir con algo que se inició hace aproximadamente veinte años, era algo que estaba muy lejano y más por mi falta de recursos literarios. Pero que al igual que el primer libro como este hay una serie de escritos que precisamente quiero llevarle al lector una aclaración, ya que para mi merecéis todos mis respetos.

Cuando hablo con mis amigos nunca imaginarios y son ellos los que muchas veces me invitan a que escriba sus historias, antes de hacerlo le doy mil y una vueltas, ustedes dirán porque, creo que muchos de ustedes me conocéis sobradamente y por lo tanto, me habéis escuchado en más de una ocasión, es decir, que es mejor dejar una verdad antes de coger mil mentiras.

Cuando en mis momentos de tranquilidad, paz y relajación, que por cierto cada vez son menos, me invade una sensación de bienestar que poco a poco inunda mi cuerpo, entrando en un estado que mi mente va captando una y mil señales, pero esto no es nuevo para mí, creo que desde que era un niño me pasaba pero mi ignorancia, y más al no comprender lo que me ocurría era muchas el miedo, que poco a poco me dirigía como si fuera una marioneta, muchas veces invadiendo una verdadera angustia. Hoy, en la actualidad sin considerarme ningún maestro he madurado mucho al respeto, pudiendo muchas veces, y en estos precisos momentos de conectar con seres que aún después de dejar la Tierra quieren y a través de mí que sus historias no queden sepultadas con sus cuerpos.

Hoy y disfrutando de mi madurez, nunca podría impedir que cada uno de estos escritos y más cuando son dictados de una dimensión distinta a la vuestra, se le podría llamar ciencia ficción, paranoia o sencillamente tomadura de pelo. Bien, mis queridos amigos cuando en la edad temprana inicias una búsqueda muchas de las veces ni tú mismo sabes lo que buscas, pero hay mucha gente que en esa búsqueda al no encontrar nada se desalienta y desisten de seguir adelante, sin embargo otros como yo no dejan de buscar y fruto de la tenacidad llega a un despertar de conciencia que muchas veces ni tú mismo puedes dar crédito a lo que te está ocurriendo, pero ni antes ni ahora con todo esto eres un maestro y menos superior a nadie.

“O salimos de nuestra forma tan limitada de pensar, o seremos incapaces de ver las cosas desde esa perspectiva que nos va a permitir descubrir puertas donde antes solo veíamos muros.”

ALONSO PUIG.

“La primera persona del singular- ese diablillo del yo- no es primera, ni persona ni singular.”

JAMES HILLMAN.

“Aunque no vemos poder alguno en un vaso de agua, cuando se convierte en vapor es capaz de mover los pistones de máquinas muy poderosas.”

T.T. LIANG.

“Muchas veces lo más valioso está oculto a nuestros ojos. Acercarse a lo que ya conocemos con un espíritu abierto puede ayudarnos a descubrir mucho más.”

ANÓNIMO.

“Un mal hábito entra como un huésped, se une a la familia, y finalmente se hace con el control.”

El TALMUD.

Hoy día 13 cuando son las siete y media de la tarde hay una necesidad de sacar a la luz en un plan de recordatorio los pensamientos de tantos, filósofos y pensadores que después del tiempo, quieren ellos que nuevamente vuelvan a salir a la actualidad y que lo mismo, adultos y jóvenes disfruten de ello. Ahora mismo si alguien preguntara que síntomas o sensaciones aparecen en mí, yo nunca podría darles una explicación de lo que me ocurre, porque ni yo mismo lo sé, simplemente hay en mí mente no solamente ahora, sino a lo largo de mi vida unas voces que me invitan a que escriba dándome las gracias de antemano y sorprendiéndose de las fuerzas para conectar con el más allá. Con el permiso de todos ellos, y dándole las gracias por poner su confianza en mí.

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.”

CHARLES DARWIN.

“¿Quién es capaz de hacer que el agua turbia se aclare? Déjala quieta y poco a poco se volverá clara.”

LAO TZU.

REFLEXIONES Y PENSAMIENTOS

“El consciente seria como el capitán de un barco velero, y el inconsciente como el viento que impulsa las velas. O el capitán aprende a entender el viento y usarlo a su favor, o no llegará muy lejos.”

ANÓNIMO.

“La atención es la moneda más valiosa que tengo para pagar la libertad interior.”

GURDJIEFF.

“Aquellos que deliberan exhaustivamente antes de dar un paso se pasan la vida sobre una sola pierna.”

ANTHONY DE MELLO.

“El cuerpo y la psique no son dos entidades independientes, más bien constituyen los dos mundos por los que el hombre con su visión racional y dividida se percibe a sí mismo.”

KARLFRIED VON DÜRCKHEIM.

“El cuerpo sigue a la mente como la sombra sigue a la substancia.”

T.T. LIANG.

“Einstein nos decía que la clave no es encontrar la respuesta a viejas preguntas, sino hacernos nuevas preguntas, preguntas que nunca antes no hayamos formulado.”

EINSTEIN.

“El verdadero encuentro entre los seres humanos no solo es uno de los mejores antidepresivos que existen, sino que además prolonga la vida.”

ANTONIO.

“Detrás de la depresión está la agresión vuelta contra uno mismo.”

SIGMUND FREUD.

“Recordemos que las palabras tienen un enorme poder a la hora de afectar al tipo de experiencia que creamos.”

ANÓNIMO.

“Estamos encadenados a formas de movernos, a formas de pensar y a formas de percibir y sentir. Somos esclavos de nuestros propios automatismos.”

F.M. ALEXANDER.

“El amor no es amor si se altera cuando hay una alteración.”

WILLIAM SHAKESPEARE.

“Para que surja lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible.”

HERMANN HESSE.

“Si todo el mundo nos dedicáramos a limpiar las puertas de nuestras casas estaría el mundo limpio.”

MARIA TERESA DE CALCUTA.

VOLVER PARA ATRÁS


Volver para atrás es quizás el pensamiento de muchos seres humanos que pasa de ser un deseo a unos imposibles, difícil de poder rectificar. Cuantos seres si pudiéramos andar el camino andado para atrás, quizás tuviéramos la oportunidad de rectificar y pedir perdón por todos los errores muchas veces realizados conscientemente, y muchas otras inconscientemente.

Hoy que estoy en plena consciencia y he podido dejar atrás muchas de mis imposiciones porque creía que los demás de mi familia, seguían siendo niños pensando que la única que había llegado a anciana era yo sola.

Pido perdón en primer lugar a mi marido que durante 50 años tuvo que soportar mis diferentes cambios, los cuales me llevaron muchas veces a no escuchar a nadie, imponiendo una única ley que era la mía.

Mi nombre es Juana, creo que desde que era una niña no creí en nadie y menos aún en Dios, tenía a mi madre, padre y hermanos tan apartados de mí que me gané el sobrenombre de la “Descartada”, jamás me entendí con ninguno de ellos, nunca obedecí ni a ellos y menos aún a los profesores, (dicen que el árbol tiene muchas ramas y siendo todas del árbol ninguna es igual). Esto era lo que ocurría con mis tres hermanos y yo, dos varones, eran tan buenos que muchas veces parecían tontos. Mi hermana más pequeña era muy dulce, cariñosa y amante de estar siempre dispuesta a ayudar a todo el mundo, y aunque la vida nos da a lo largo de ella miles de oportunidades nuestro odio al mundo nos hace tapar los ojos para que no veamos la realidad.

Una realidad que está más presente que nunca, ya que no puede parar el tiempo y evitar cumplir años. Muchas veces cuando llegamos a una edad nos da la sensación que cumplimos los años de dos en dos, nos vemos en los límites de la vejez y ves los campos que un día te prestó el señor para que tú sembraras el amor, la amistad, la humildad y la sencillez. Comprendes que tu siembra jamás dio frutos porque la semilla estaba impregnada en odio.

Hoy me doy cuenta que unos me aguantaban y me querían, los alejé tanto de mí que me convertí en una extraña para ellos. Mis tres hijos y mi marido están siempre ahí aunque les hice mucho daño ellos me respetaban y querían, pero me dejaron que yo viviera la vida que yo había elegido.

Confiaba mucho en mi resistencia, me creía que nunca enfermaría pero los fantasmas de la enfermedad están siempre preparados para que cuando estamos más tranquilos atacar. A mis 80 años ingresé por primera vez en un hospital, era insoportable nada de lo que me hacían médicos y enfermeras, era de mi agrado, les prohibí a mi marido e hijos que me visitaran. Mi pobre hija tenía que venir a escondidas como si fuera una extraña la persona a la que quería visitar para darle un poco de amor, para que no estuviera tan sola, como ella decía: hasta a un perro se le pasa la mano por el lomo. Del hospital voluntariamente pasé al geriátrico, donde mi vida cambiaría por completo, pienso que nunca es tarde para arrepentirse y ser mejor. En los documentos que traía del hospital había una nota en la cual me ponían como un ser dominante, sin sensibilidad, agresivo y muy poco paciente.

En el tiempo que permanecí en este centro, como dije anteriormente mi forma de ser fue cambiando paulatinamente incluso me volví más paciente, aquí en este apartado fue cuando me llevé la primera decepción a mi corazón, cuando un día le dije a la jefa del geriátrico que me gustaría conectar con mis hijos. Todas las enfermeras a igual que los dueños creían que mi familia era muy mala porque jamás nadie me visitaba, sabiendo que tenía marido e hijos.

Esto es lo que le pasa a mucha gente cuando ven a una anciana sola y se pregunta porque la dejaron sola y nadie la visita, es lo que hacemos cuando somos jóvenes que no damos el amor que teníamos que dar.

Quiero deciros ahora que estáis jóvenes y a tiempo que no dejéis de amar a vuestros seres queridos porque mañana serán ellos los que os ayudaran. Hoy ya en esta dimensión le pido a Dios que me perdone y al mismo tiempo les de luz a mis hijos para que sepan perdonarme.

DETRÁS DE LA PUERTA


Detrás de la puerta es la historia con la que se puede identificar muchas personas, porque en la sociedad en la que viven les puede llevar al abismo que le llevó a la protagonista de esta historia.

Quiero si ustedes me lo permitís omitir todo lo que sirva para identificarme, prefiero seguir en el más puro anonimato.

Mi nombre es Carmen, nacida poco antes que terminara esa guerra absurda donde tuvieron que luchar padres con hijos e hijos con padres. Como todas las familias había más escaseces que sobras, pero los seres humanos a más pobreza más hijos, sin pensar que a más bocas menos comida. Este fue mi caso, la más pequeña de cuatro donde cada día nos uníamos todas a una para que de la forma más natural que era el llanto, pedir lo que por derecho propio nos pertenecía el alimento, que al no haber lo camuflábamos con el sueño.

Hija y nieta de alcohólicos que lo único que hacían era cambiar lo poco que teníamos en vez de leche, era la botella de vino, que una vez bebida las reacciones eran siempre igual, bronca y más bronca y al final el postre, palos para todos. Creo que lo único que no podemos parar es el tiempo y aun menos nuestro crecimiento, cuando pasamos de la niñez a la pubertad, nuestra única idea es escapar, comparado con el preso que lleva muchos años en cautividad.

Mi única idea era crecer lo más pronto posible y alejarme de ese infierno llamado hogar, pero es una doble trampa porque tenemos tantas ganas que muchas veces a ciegas elegimos a la pareja y, o nos conformamos con el primero que nos da la mano. Cuando me llegó la hora como a todo ser humano me puse a la cola del amor, escogiendo a un ser que desde el primer día sabia cuanto podía dar, enfermizo, sin personalidad, pero era mi transporte para salir de esa prisión en la cual viví tantos años. Sin pensarlo me uní llevando en nuestro equipaje las miserias de nuestras vidas.

Pero todo el mundo tiene derecho a ser dentro de sus posibilidades feliz, no todo fue negativo en nuestras vidas, aparte de la personalidad. Sebastián era muy trabajador, esto fue lo que hizo que al poco tiempo compráramos nuestro piso, dentro de la pobreza no nos faltaba de nada, con estas perspectivas empezamos a pensar en tener hijos. Vinieron dos, una niña y un niño, todo marchaba bastante bien pero el libro de la vida nos guarda unas páginas muy sorprendentes y crudas. Cuando mis hijos entraban en la pubertad mi marido tuvo un accidente quedando parapléjico, perdiendo toda su movilidad motriz, incluyendo el habla.

Aunque la empresa se portó muy bien, dándole el cien por cien de lo que cobraba esto a mí aunque me cubría las necesidades me trajo y me obligaba a cambiar toda mi vida y mi forma de vivir. Cuando esto ocurre toda la familia al completo quiere ayudar, bien por compasión o por obligación, al igual que los hijos te ayudan pero tienen su vida. Más tarde y poco a poco los familiares se van marchando, tus hijos salen y entran y más en la edad joven que están entrando en esa faceta llamada amor, y aquí es cuando la más cruda realidad aparece en tu vida, la soledad, amiga y compañera que te acompañará a lo largo de tu vida.

Bien lo sabe Dios que la enfermedad de mi marido nunca me impidió de estar por mis hijos, los cuidaba, mimaba, los atendía lo mejor que podía. Pero hoy en día los jóvenes tienen un comportamiento en casa, y otro muy diferente en la calle, pero el amor hacia ellos es tan grande que te pones una venda en los ojos y no ves la realidad, una realidad que no comprendes y aún menos entiendes porque en un momento tu vida da un giro de 90 grados y más cuando vuelve todo tu pasado, con los miedos, la angustia y la impotencia de ver como una niña tiene que vivir, los cambios tan bruscos de tus seres queridos debido a no controlarse y rechazar una maldita botella de vino.

Quiero volver a mi niñez porque he dejado algo muy importante que quiero y a través de este escrito sacarlo a la luz, comprendo que no puedo borrarlo de mi vida, pero si pretendo alarmar a todas las madres que cuando en su entorno, haya familiares alcohólicos vigilen muy de cerca a sus hijos, y principalmente a las hijas pequeñas. Porque mientras mi padre nos hacia un chantaje emocional, puerta abierta a una personalidad enfermiza que la arrastrará mientras viva, la otra era quizás la más dura de las experiencias, la sexual, en la que era sometida por el tocamiento de mi abuelo creándome de por vida un asco a todo lo relacionado con los hombres. El miedo que le tenía a los dos era tan fuerte que muchas veces era mi propia madre la que me tenía que sacar de debajo de la cama mojada de pipi, que sin poder evitar me lo hacía encima. Pero o una de dos, o mi madre era una ingenua o lo mismo que nosotros, le tenía miedo a mi padre y mi abuelo.

Bien con vuestro permiso vuelvo a retomar la parte más dura y más cuando tus hijos ya son grandes y crees que todo va bien, hasta que un día pican a la puerta y ves que a tu hijo lo traen dos amigos que lo dejan en la puerta como si fuera un paquete. Pero la tragedia acababa de empezar porque de la forma que estaba mi hijo no era la primera vez que se emborrachaba, tenía fama entre los amigos como el mejor bebedor. Cuando tenemos este problema en casa queremos taparlo lo mejor posible ante la familia y amigos, pero detrás de la puerta empiezan tus pesadillas del pasado y el presente. Un marido en cama, un hijo que no puede controlar el alcohol, y apunto de contraer matrimonio con una joven, que ponemos todas nuestras esperanzas para que lo cambie, y a través de sus hijos tenga más responsabilidad y deje de una vez para siempre esa droga que no hay forma de erradicar en la sociedad, que no solamente es la causante de muchas muertes jóvenes, también la muerte de muchas familias en vida.

Queridos amigos, es muy difícil cambiar las formas de ser o cambiar de pronto nuestros hábitos, ni cambiaron mis familiares que bebían y aunque me duela decirlo tampoco cambió mi hijo, incluso con sus tres hijos desde el primer momento me uní a mi nuera, aunque ella siempre pensó que como era mi hijo lo amparaba y protegía muchas veces quizás más que a sus propios nietos. Hoy quiero pedirle públicamente perdón porque ella llevaba toda la razón del mundo, incluso viendo yo la verdad y haberlo sufrido en mis carnes la señalé como la culpable de que mi hijo fuera un alcohólico. Buscamos una y otra vez un culpable sin darnos cuenta que somos nosotros mismos los que nos ponemos la cruz tan pesada y culpamos sin escrúpulos a la sociedad o a Dios.

Aunque la historia que hoy quiero dedicar a todos los alcohólicos del mundo y, en especial a los que como yo lo vivimos desde detrás de la última puerta de nuestro hogar. Esa puerta que me hubiera gustado abrir para que en primer lugar mi familia supiera mi fuerte problema, pero por vergüenza, inseguridad la dejamos cerrada para aislarnos del mundo y como una vulgar delincuente escondernos detrás. Creemos o pensamos que podemos controlar esa parte débil que no lleva directamente a unas situaciones que nos hacen vivir toda la dureza de un pasado. En un día los que llamamos bajones, luché y bien lo sabe Dios en no coger esa botella que por más vueltas que daba la tenía siempre delante de mí, no podía jamás ser débil y esconderme como una vulgar ladrona y así saciar mis penas y soledad, a través del alcohol lejos de mí estaba esa intención, quizás cuando juzgamos a los demás pensamos que son débiles y que no son capaces de dejar ese liquido infernal que los lleva a unos caminos donde no solamente pierden su salud, también sus familias, amigos y su credibilidad y personalidad para ejercer su trabajo.

No quiero justificar mis comportamientos o actos pero si puedo decir que ojala en cada uno de mis gritos ahogados, o en el silencio de mi habitación con una sola acompañante, mi propia soledad, alguien me hubiera escuchado hoy quizás no me estaría maldiciendo cuando cogí por primera vez esa botella de cerveza que empecé por una y hoy no me conformo con menos de diez. Al beber en el más puro anonimato y detrás de la puerta ya en la calle y para mi familia y amigos, es que tengo una enfermedad actual, la que llaman Depresión. Hoy y antes de que pueda atentar contra mi vida me gustaría daros un consejo, y es que si estáis en mi situación, primero buscar a los profesionales, contarles sin miedo vuestra situación y muy importante lo que os llevó a esta delicada situación. Más tarde dirigiros a los amigos que creáis que estén preparados para escucharos.

No quiero buscar justificaciones para mi cobardía aunque el lector tenga una opinión distinta a la mía. No quiero ni imaginarme si aún viviera mi abuelo, mi padre, los dos juntos de las manos con mis hijos y yo, camino de los profesionales buscando ayuda, sería un cuadro patético, o lo nunca visto.

En nuestra sociedad si está mal visto que un hombre beba, aún está peor vista una mujer alcohólica, me preguntareis si se me pasó por la cabeza de ir y ponerme en manos de los profesionales, lo pensé muchas veces pero el miedo al qué dirán y creen la gran mentira que podía controlarme, esto me hacía crecerme y dominar la situación pero los que estamos enfermos, es como si dentro de nosotros tuviéramos un ser que nos dice o nos contradice lo contrario de lo que pensamos. Por poner un ejemplo, hoy cuando me levanté me prometí a mi misma que no bebería, después de desayunar, y atender a mi marido la otra yo empieza a machacarme mi mente una y otra vez, bebe, bebe y no seas tonta, mira la botella de cerveza lo fresquita que está. Me tapo los oídos pero la voz penetra como unos finos cuchillos, sin poder evitarlo escuchar finalmente la voz gana, aquí empieza mi calvario, y más cuando me bebo la primera, busco la segunda, y si no hay más me arreglo a toda prisa para comprar en la tienda. Cuando después de siete u ocho mi cuerpo entra en un estado de placer momentáneos, creyendo de pronto que soy una princesa para más tarde sentirme como una bella doncella. Este estado es tan fuerte que no escucho los lamentos de mi marido llamándome, esta euforia tarda muy poco en pasar, es como el humo que no podemos retener entre nuestras manos, pero nos queda el resentimiento, la amargura que nos recuerda todo el día lo débiles que somos.

Pero nos prometemos que jamás lo volveremos a hacer, le pido a Dios que me de fuerzas para superar esta enfermedad, y más cuando mi hijo llorando me dice: Mamá no puedo más, llévame a cualquier centro porque voy a perder a mi mujer, y a mis hijos. Que puedo contestarle si el cuerpo de mi enfermedad está escondido en el cubo de la basura. Que Dios nos ayude.

EL TESTAMENTO ESPIRITUAL DE UN CREYENTE


Este es mi testamento espiritual:

Dios lo ha querido y yo lo acepto. Siempre he estado a su disposición, acatando todo lo que él me mandase, por muy difícil que fuera y no puedo echarme atrás ahora, aun cuando me cueste entenderlo. Vivimos tan intensamente que parece que no pueda ser que, de repente, de hoy a mañana te pueda atrapar una enfermedad como la que se ha enamorado de mí y paralizarlo todo. Pero la realidad ha sido esta, y es esta la que hemos tenido que aceptar y encarar, a pesar de que nos cueste.

Marcho conformado, tranquilo y sereno, pero con el alma sobrecogida por todas las personas estimadas que dejo. Mi esposa Isabel y nuestros hijos David y Juan, mis padres, hermanos, tíos que se han desvivido por mí y me han dado más amor del que podía imaginar, y también el de tantos amigos y amigas y conocidos que he sentido tan cerca durante todo este proceso que me lleva hoy aquí. No sabéis el bien y el calor humano que he llegado a experimentar muy adentro del corazón, y como me ha ayudado a luchar hasta donde he podido al sentir vuestro aliento afectuoso siempre muy cerca.

Sé que hoy también marcha un compañero, no ha sido nunca para mí un sacrificio el poder ayudaros, era más bien como una disponibilidad que sentía, y os puedo decir que bien ha valido la pena, que he sentido muchas cosas, compartiendo muchas horas de trabajo, de preocupaciones, pero también anhelos y muchas ilusiones y momentos preciosos, tanto con la totalidad de compañeros, como el amplio abanico de jefes, encargados y directores. He podido hablar con tantas gentes que siempre me sentí amigo de mis amigos. De todas las maneras, me debo haber podido equivocar algunas veces y por esto querría pedir disculpas si alguien en algún momento se ha sentido desatendido, defraudado, o decepcionado. Ser y hacer de labrador ha sido mi vida y quiero reivindicar la necesidad que tiene la sociedad de demostrar con hechos más que con palabras que nuestra actividad es imprescindible pero que, a la vez, la gente que vivimos en el campo no podemos ser unos llorones eternos, sino unos innovadores y renovadores constantes. Ser cristiano no es suficiente, ante todo hay que ser mucha mejor persona.

Amigos y compañeros, os aliento a seguir trabajando para poder llegar a la plena soberanía de una España con trabajo para todos, donde los jóvenes pasen de las inseguridades, tristezas y desilusiones a tener más confianza en los que mandan y todos juntos hacer una convivencia mucho mejor. Un país donde quepa todo el mundo, que nos llegue con honrados y ganas de trabajar. Ya sabemos lo que pasa, pero en honor a la verdad también es cierto que hay mucha gente que se dedica de una manera correctísima y pensando solo en el bien de todos.

No seamos injustos poniendo a todo el mundo en el mismo saco. Y a la clase política le pediría más generosidad y mucha apertura de mira, no hay nadie en posesión de la verdad ni de nada que sea de todos, ni nadie puede atribuirse ser España. Y mi pobre y amada iglesia, tan cómoda en Roma y tan desubicada en la cueva de Belén. Esta jerarquía tan alejada del Concilio Vaticano II, y a la vez tan recelosamente carente de aquello que debería ser secundario. Tan satisfecha haciendo celebraciones con reminiscencias del pasado dentro de engalanados templos, y tan ausente en su principal misión evangélica, la de puerta hacia fuera, allá donde aplicar y vivir la fe y la donación en la que cobra todo su sentido, el ser cristiano.

Como me he sentido cerca siempre de la gente sencilla que trabaja en sus parroquias, de la gente que por amor a Cristo se da de manera humilde y nada ruidosa. Como me acuerdo y hoy más mandándoles todo mi amor a los monjes y médicos, cuidadores de todos los hospitales del mundo, creyentes o no creyentes, entregados de lleno a derramar amor sobre quién más lo necesite, ya sea por fidelidad al Evangelio, ya sea por amor a la dignidad humana. Y es vergonzoso que los cristianos a estas horas todavía vivamos divididos.

Todo irá mejor, ya lo veréis, el mal siempre hace mucho ruido, al contrario del bien que es silencioso. Pero hay mucha bondad todavía en mucha gente para cambiar muchas cosas y poderes. Seguro. El mundo ha de ir a mejor. Trabajemos para hacerlo realidad.

Bien me voy, me quedo con el hijo del carpintero de Nazaret, mi guía en la vida terrenal. Aquí cerca de la Virgen del Carmen os digo adiós. Dios lo ha querido y yo lo acepto y le pido que os ayude a aceptarlo a vosotros. Que en el cielo nos podamos reencontrar todos juntos. Me llevo todo vuestro amor y todo vuestro afecto dentro de la cajita de mi corazón.

VIVIR AGRADECIDO


Anoche soñé que estaba en el cielo y que un ángel me servía de guía para mostrarme los alrededores. Caminaba lado a lado a través de un largo salón de trabajo lleno de ángeles. Mi ángel guía se detuvo enfrente de la primera sección y dijo: Esta es la sección de recciving, aquí son recibidas todas las peticiones hechas a Dios en oración. Miré alrededor del área, estaba extremadamente ocupado y eran tantos los ángeles sorteando peticiones de todas partes del mundo, me quede impresionado. Luego pasamos a través de un largo corredor hasta que llegamos a la segunda sección. El ángel me dijo entonces: Esta es la sección del empaquete y despacho, aquí la gracia y las bendiciones que fueron solicitadas por las personas son procesadas y entregadas a aquellos seres vivos que las pidieron. Noté cuan ocupados estaban allí también. Había muchísimos ángeles trabajando muy duro, eran muchas las bendiciones siendo enviadas a la Tierra.

Finalmente, en el punto más lejano del corredor nos detuvimos en una puerta de una sección muy pequeña, para mi gran sorpresa había sólo un ángel sentado allí, y con muy poco que hacer. Este es el cuarto de confirmación de recibo, me informó el ángel. Parecía un poco apenado, ¿cómo es que hay tan poco trabajo aquí?, le pregunté, muy triste suspiró el ángel. Después de que las personas reciban las bendiciones que solicitaron muy pocos envían la confirmación de recibo de vuelta. ¿Y cómo se debe confirmar el recibo de una bendición? Le pregunté al ángel; muy simple. Me contestó; sólo tienes que decir “Gracias Dios mío”.

Si te levantaste esta mañana con más salud que enfermedad, tú estás más bendecido que muchos que no llegaron ni siquiera a sobrevivir este día,

Atentamente, Departamento de Confirmación de Recibo.

Gracias Dios mío, gracias por darme la habilidad de compartir este mensaje, y por darme tantas personas maravillosas para compartirlo.