domingo, 24 de abril de 2011

MI VIDA VIVIDA EN LA MENTIRA


Que cobarde fui amigo mío, todo lo que te voy a contar lo tenía que haber dicho durante mi vida en la Tierra, pero como siempre aunque para los demás demostraba ser muy valiente dentro de mí escondía la cobardía más repugnante. La mentira no es la mejor amiga para acompañarnos durante y antes de nuestro crecimiento.

Yo me agarré a ella como mi arma secreta de destrucción, desde que era un niño es como ponerse ese traje que nos hace pensar que nadie nos ve y pasamos desapercibidos y así culpar a todos de mis fallos y des virtudes. Claro que fui criado con la fe de mis mayores, pero aunque hice la comunión no creía en nada, una mentira más para mi familia por hacerles creer lo que yo no creía. Pero mi niñez era muy distinta a la de los demás niños, porque ellos construían y yo destruía, porque ante ellos quería demostrar ser el más fuerte, para que no vieran mis complejos ni mis debilidades, pero cuando la mentira se alejaba un poco de mí me sentía desnudo ante el mundo, sacando muchas veces la fiera que llevaba dentro.

Todo esto y muchas más cosas que si me lo permites amigo mío quiero omitir para que el lector no me juzgue como si fuera un monstruo, que si lo pusiera todo tendrían más que suficientes motivos para llamármelo. Si pudiéramos decir todo aquello que llevamos dentro de nosotros desde la niñez hasta la madurez viviríamos mucho más felices, pero entonces no existiría la capa que a todo ser humano nos tapa llamada mentira.

Cuando ya de adulto seguía mintiendo a mis padres ellos lo sabían mejor que yo, pero eran mis padres y por nada del mundo querían perderme, pero las mentiras eran cada vez más crueles porque no solamente le afectaban a sus sentimientos, también su estado económico ya que más tarde les llevé a la más infame ruina, incluso perdiendo su casa por mis mentiras y mi adicción al juego. Creo amigo mío que esto último les llevó a la muerte, al poder cambiar mi forma de ser. Pero daba igual una vez que ellos se fueron quedaba la familia, les saqué todo lo que pude pero para la sorpresa de todos hasta al más cruel le llega el amor. Así fue, me enamoré de una linda mujer, fuera de mi pueblo, era dulce, un poco ingenua y muy humilde, mis mentiras fueron tantas que ella creía que yo era su príncipe azul.

Un día nos casamos, y en vez de cambiar y darle gracias a Dios por el ángel que me había puesto a mi lado, mi forma de ser, acompañada de más y más mentiras de pronto pasó de ser una gacela a un ser sin ilusión y muy pocas ganas de vivir, pero esto no impidió que vinieran nuestros dos hijos, un chico y una chica, eran igual que su madre, dulces, cariñosos y muy educados.

Querido amigo, lo tenía todo pero el ser humano es peor que las fieras. Porque mi adicción al juego muchas veces no tenía ni para comer, gracias a mis suegros y la caridad humana nunca pasaron hambre, mientras yo vivía una vida de rey, sin carecer de nada pero cada vez estaba más endeudado, les debía dinero a todos los amigos y familia. Aquellas Navidades quizás fueron las más tristes para los míos. Cuando llegué a casa un poco bebido mi hijo se plantó delante de mí y sus palabras eran como agujas que se clavaban una a una dentro de mí corazón, y más viendo a este ser como un hombrecito, pero con sus ojos llenos de lágrimas, mientras tanto todos los vecinos habían traído cosas de Navidad a esta casa que le faltaba un padre y más un hombre. Mi mujer y mi hija lloraban sin parar, me recriminaron por el dinero que ellos habían guardado para los regalos de Reyes. Nuevamente salió de mí el hombre de la mentira culpando a todos incluso a mis hijos.

Fui muy cobarde con una vida de mentira y piensa hermano que me quedaba en la vida nada, si lo más preciado era mi familia y la perdí. Busqué a mi Dios pero yo creía que el me odiaba por mis actos y no me daba cuenta que el me sonreía perdonándome, pero en mi mente había obscuridad y sin pensarlo me precipité por un acantilado dando con mi vida en el fondo del precipicio.

Hoy amigo quiero que mi historia salga a la luz para que muchos seres humanos que viven en la mentira sean capaces de rectificar, y puedan dar la cara a la humanidad y más a su mujer y a sus hijos. Hermano, en vuestras cadenas pedir por mí y que Dios me perdone.

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